'Reconstruyendo' Bayra: la vieja Vera enterrada por el terremoto de 1518
PATRIMONIO
La primera fase de las obras de consolidación del yacimiento están a punto de llegar a su final
Se ha actuado en muros y cimentaciones de distintas zonas para protegerlos de daños
Como si se tratase de una construcción de Lego, poco a poco se van poniendo las piezas para ‘reconstruir’ la antigua ciudad medieval de Bayra: la que reposa semienterrada en el cerro del Espíritu Santo de Vera tras el terremoto que la destruyó en noviembre de 1518. La primera fase del proyecto de consolidación del yacimiento está a punto de concluir. Tras más de medio año de trabajos, tan solo queda colocar una pasarela en la zona de la antigua alcazaba para dar por finalizadas las obras, tras más de seis meses de dificultoso trabajo, tal y como explicaron los responsables del proyecto hace unos días en una exposición pública.
Los arquitectos Lola Miralles Miralles y Gerardo Úbeda Rueda y los restauradores César Ordás García y Noe Sánchez Oña han explicado los trabajos que, con una inversión de 197.845 euros, se han llevado a cabo en el yacimiento para proteger los restos existentes. El objetivo es frenar los daños causados como consecuencia de los factores de degradación, recuperar la integridad física del material mediante la fijación y consolidación de los materiales que componen la obra, así como recuperar su unidad potencial y calidad estética, siempre “mostrando el máximo respeto por el original”.
El trabajo no ha sido nada sencillo por las características del terreno y la ubicación diseminada de los restos por la ladera del cerro. Por ello, incluso han tenido que utilizar mulos de carga para transportar los materiales hasta los lugares de trabajo. “Hemos trabajado como hace cinco siglos”, reconocía Gerardo Úbeda.
Los trabajos de esta primera fase se han centrado en seis sectores o zonas diferentes, correspondientes a restos de muralla y bases de muros: el aljibe-ermita, la cimentación de la zona denominada mezquita (restos de una vivienda), torre norte, las murallas noroeste y suroeste y la alcazaba. Se componen principalmente por tapial, mortero de cal, mampuestos, y en algunos restos, sillares fabricados con la arenisca del propio terreno. El estado, en la mayoría de los casos, era lamentable, debido a que durante 500 años la lluvia, el viento, los terremotos y las pisadas de hombres y animales habían ido deteriorando los restos existentes.
Además de la consolidación de las cabezas de muros y paramentos verticales, durante esta fase de la recuperación de Bayra se ha realizado un desbroce controlado de la vegetación que ocultaba los restos de la vieja ciudad. “La visión lejana del cerro ha mejorado mucho, ahora se vuelve a sentir la alcazaba, no solo la imagen del Sagrado Corazón”, reconocía Úbeda en la exposición de los resultados de las obras.
Precisamente al retirar toda esa vegetación apareció una sorpresa inesperada: un lienzo de muralla justo en una de las entradas al cerro y que podría ser, según las primeras hipótesis, una puerta acodada de acceso al recinto amurallado de la ciudad.
Para el alcalde, Félix López, el objetivo ahora es seguir adelante con las actuaciones para poder conocer más sobre Bayra y las personas que vivían en ella.
Un trabajo con la última tecnología
El equipo de Miralles y Úbeda se ha servido de la última tecnología para hacer un trabajo “más barato y eficiente”. Así, como cuentan los arquitectos, antes de comenzar las obras ya conocían perfectamente todos los parámetros del cerro, gracias a los estudios previos. Además, ahora se está haciendo un escaneo topográfico en 3D de todo el yacimiento que les proporcionará una herramienta única para poder ver cualquier zona del cerro desde un ordenador, como si estuvieran sobre el terreno, y poder plantear las futuras actuaciones que se llevarán a cabo. Incluso, a través de los estudios realizados y las hipótesis de las que parten, han realizado una maqueta de cómo podría haber sido la alcazaba de Bayra.
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