Homenaje a los mineros de Serón y Bacares y su lucha para conseguir la jornada de 8 horas

Almanzora

La Casa de la Cultura ha acogido un acto homenaje un siglo después de la huelga de la minería que tuvo especial repercusión en el coto Serón-Bacares

Fueron los primeros en conseguir lo que era una reivindicación mítica del movimiento obrero internacional: la tan ansiada jornada de ocho horas

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Mineros trabajando en Serón.
Mineros trabajando en Serón.
Redacción

11 de abril 2024 - 10:56

Almería/La Casa de la Cultura de Serón ha acogido esta semana el acto de presentación del documental y disertación sobre los cien años de la huelga minera de 1923;que en el municipio tuvo especial incidencia y repercusión debido a la cantidad de trabajadores de las minas de hierro del coto Bacares Serón.

El encuentro estuvo presidido por el alcalde, Manuel Martínez Domene, acompañado de Juan Antonio Lorenzo, diputado en el Congreso; Manuel Zaquirre, exsecretario General del USO y Francisco Javier Fernández Espinosa, comisario del evento.

El documental está producido por el Ayuntamiento de Serón, una de las cabeceras más importantes de la Cuenca Minera de los Filabres; desde donde se transportaba por tren el mineral de hierro hacia el puerto de Águilas en Murcia.

En la cita, los ponentes ensalzaron el heroísmo de aquellos mineros, contextualizaron la reivindicación con los movimientos del resto de España, aportando datos, citas o testimonios; sobre todo del libro ‘Sueños Amargos. El Trabajo y La Conflictividad Social en La Cuenca Minera De Serón Bacares (1900-1931)’, del historiador Juan Torreblanca Martínez que sirvió de homenaje a este prolífico autor seronés fallecido en 2016. “Los mineros de Serón y de Bacares, los hombres del hierro, protagonizaron a lo largo de tres décadas épicos y apasionantes episodios de insumisión y rebeldía en defensa de dignas condiciones de vida y de trabajo. Nada les fue otorgado por derecho. Un contingente de más de tres mil mineros organizados, concienciados de su fortaleza como clase obrera, cuando la situación en la sierra se hacía insostenible, y las empresas hacían oídos sordos a las reivindicaciones obreras, emprendían acciones de protesta. Los mineros de Serón y Bacares fueron los primeros en conseguir lo que era una reivindicación mítica del movimiento obrero internacional: la tan ansiada jornada de ocho horas, la jornada corta”, indica Torreblanca en su encuadernación.

Momento de la conferencia en Serón.
Momento de la conferencia en Serón.

Los ponentes también subrayaron las condiciones de vida y salariales inhumanas de aquellos trabajadores de la mina que se encontraban enfrentados a unas compañías mineras extranjeras “que venían a Almería y a Andalucía a explotar intensivamente el mineral de hierro, abundante en estas sierras, y el trabajo y el sufrimiento de miles de mineros y sus familias, que fueron superando su analfabetismo y su hambre para hacer crecer su conciencia de clase explotada e ir construyendo sus organizaciones locales y comarcales hasta culminar en el sindicato de obreros mineros de Almería, Soma, que se vinculó a la UGT”.

Huelga fallida

Finalmente, no se logró ganar la Huelga General, que concluyó en vísperas de proclamarse la dictadura de Primo de rivera en septiembre de 1923. “Pero fue una gesta heroica y generosa de obreros mineros con el apoyo solidario de otras clases obreras y populares, que abrieron caminos de organización y futuras luchas que trajeron derechos humanos, laborales y progreso social en los Filabres, en Almería, en Andalucía, en toda España”, matizó Zaguirre.

En los primeros treinta años de la explotación minera en la Sierra de los Filabres son significativas las continuas huelgas que los obreros declaran a las compañías, casi siempre en demanda de mejoras salariales y reducción en las horas de trabajo. Pese a la firmeza de los mineros, el miedo a perder el puesto de trabajo y al hambre que acechaba sus casas, las huelgas y protestas se traducían una y otra vez en amargos fracasos. Pero los resultados de estas luchas no fueron estériles. Los mineros de Serón y Bacares fueron los primeros en conseguir lo que era una reivindicación mítica del movimiento obrero internacional: la tan ansiada jornada de ocho horas, la jornada corta.

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