2020, el año que perdimos las fiestas

La puñalada del coronavirus es profunda en la sociedad y ataca especialmente a las familias que han perdido a alguno, o incluso varios, de sus miembros. La pandemia no entiende ni distingue, y de todos es sabido que causará una crisis económica de dimensiones todavía incalculables. Y pese a que la sociedad se ha unido, por lo general, para evitar que se siga propagando, los sacrificios son, y seguirán siendo, muchos y de toda índole. Y aquí entra uno que, aunque no trascendental, sí causa tristeza y melancolía en cada pueblo, en cada pedanía o barrio de Almería: el continuo e incesante goteo de aplazamientos o suspensiones de eventos de todo tipo, incluidas, claro, las queridas fiestas patronales o eventos multitudinarios que aportan carácter, autenticidad y sentimientos comunes a los pueblos, desde los más pequeños a los ya convertidos en ciudades.

Aunque el grueso de las fiestas suele llegar en los meses de julio, agosto o septiembre, también la primavera y el arranque del verano son tiempos festivos en muchas localidades. Las suspensiones se han decretado ya oficialmente en algunos, y llegarán en los próximos días y semanas, como odiosa retahíla, en otros. Los que disfrutan sus festividades en momentos más avanzados del calendario cruzan los dedos estos días para que la crisis se vaya mitigando poco a poco y se den las condiciones adecuadas para que puedan celebrarse, aunque nadie las tiene todas consigo. De momento, la Semana Santa ‘inexistente’ que ha vivido España y medio mundo es el fiel reflejo de que la situación no es una broma...

Si comenzamos por las localidades más grandes que ha han confirmado suspensiones, hay que hacerlo por Roquetas de Mar y El Ejido. Los roqueteros, de momento, se quedarán sin disfrutar los festejos de San Isidro de El Parador, en mayo, y las fiestas de San Antonio y de San Juan en junio, una medida que afectará también a la feria taurina de Santa Ana y las múltiples actividades deportivas y espectáculos que se programan en el municipio. “Tenemos que mantener la suspensión por ahora, con el deseo de que esta situación pase cuanto antes”, dijo esta semana el alcalde, Gabriel Amat.

El Ejido, por lo pronto, se ha quedado nada menos que sin su veterano Festival de Teatro, que cada año brilla con luz propia en la parte final de la primavera. El Ayuntamiento ha oficializado también la suspensión de una de sus dos fiestas mayores, la que celebra por San Marcos (25 y 26 de abril), además de las Patronales de Santa María del Águila y Venta Carmona, o la Jornada de Convivencia del 1 de mayo de Las Norias, también canceladas.

Ayer mismo se conocía otro aplazamiento de unas fiestas arraigadas, multitudinarias e importantes de la provincia: los Moros y Cristianos de Mojácar, un verdadero espectáculo de colorido y participación que tenía prevista su celebración los días 12, 13 y 14 de junio. Desde el Ayuntamiento de Mojácar y la Asociación Al-Mosaquer mantienen la esperanza de que el evento se pueda reprogramar a lo largo del presente 2020, aunque sin fechas definidas. También han sido suspendidos todos los concursos previos al evento. Por el momento no se ha comunicado nada sobre los Moros y Cristianos de otras localidades del Levante Almeriense, y que también cuentan con gran arraigo y se viven en fechas similares. Es el caso de Carboneras, o de Vera –que celebra simultáneamente los festejos en honor a su patrona, la Virgen de las Angustias–. Lo normal es que las cancelaciones de éstas lleguen pronto.

Hay santos especialmente ‘damnificados’ por la pandemia. Sucede con San Marcos, en la última semana de abril, y no solo en El Ejido, claro; o con San Isidro Labrador. En el caso del primero son varios los municipios que celebran festejos en su honor y ninguno podrá hacerlo, casos de Adra, Ohanes (oficialmente suspendidas), Tíjola, Berja, Santa Fe de Mondújar, Nacimiento o Serón. En cuanto a San Isidro, el 15 de mayo, es objeto de fiestas patronales en Níjar y también se celebra cada año en localidades como Alboloduy, Los Gallardos, Tíjola o Turre, entre otras. Este año no podrá ser con casi total seguridad, a un mes vista de la fecha.

Tampoco podrán ser las celebraciones con motivo de las cruces de mayo. En La Mojonera han organizado un concurso para celebrar las cruces en casa... pero no es lo mismo. Esta fiesta se vive con intensidad, con romerías y jornadas de convivencia, por toda la provincia, y localidades como Terque, Sorbas, Suflí o Santa Fe de Mondújar, entre otras, no podrán disfrutarlas en este 2020.

Igual suerte corrieron el pasado marzo los festejos en honor a San José, que no pudieron celebrarse en los municipios de Nacimiento o Taberno. En Benahadux lo lamentaron especialmente, al tratarse de fiestas grandes, y a sus vecinos nos les quedó más remedió que vivirlas en el modo ‘virtual’, tras una original iniciativa de su Ayuntamiento.

No podrá vivir sus fiestas primaverales Abla, previstas entre el 17 y el 21 en honor a los Santos Mártires Apolo, Isacio y Crotato, la Virgen del Buen Suceso y San Segundo. Han quedado aplazadas seguramente hasta el otoño. Tampoco Benizalón celebrará su tradicional romería el 26 de abril. Este año la imagen de la Virgen de la Cabeza no abandonará su Santuario del Cerro de Monteagud para trasladarse a la Iglesia de la Virgen de las Angustias. Igual suerte correrá el fervor por la Virgen de la Cabeza en María.

Otro municipio que se ha quedado este año sin sus queridas fiestas primaverales ha sido Canjáyar, que no ha podido celebrar a su Patrona, la Santa Cruz del Voto, sin que por el momento haya fechas dispuestas para ello, aunque las fiestas se harán si la situación acompaña.

Sí ha situado una fecha alternativa a sus fiestas patronales de San José Obrero el municipio de Huércal de Almería, que decretó hace varias semanas el aplazamiento. Se iban a celebrar del 30 de abril al 3 de mayo, y se pasan del 17 al 20 de septiembre.