La tribuna
Estado imperfecto
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La saturación sobre asuntos relacionados con la política ha logrado colapsar mi fatigada mente. Sería muy laborioso dedicar semanalmente siete mil espacios de Word a estas componendas y sucias maniobras impropias de las democracias europeas que hieren la sensibilidad de cualquier observador. Merecen mis lectores y mi mente un breve paréntesis en relación a la hipocresía de quienes mangonean la última letra del pacto sobre el CGPJ que ahora tendrá que vigilar la UE sobre su cumplimento. La chabacanería de La Marichús esforzándose en añadir a su leguaje verbal y corporal nuevas apreciaciones de la vulgaridad. Los nuevos investigados en esa trama de truhanes llamada Koldo Gate que no tiene ni principio ni fin , los tentáculos empresariales y políticos enredados en eso tan feo que apunta a corrupción. Lo de Ábalos y su rumbo y exotismo viajero; 43000 euros en un fin de semana en México,!¡ ay, chamaquita que linda sois ¡!,el chalet en Soto Grande y las maletas invisibles que todo el mundo pudo ver. Lo de la esposa del Jefe Supremo y el rector ahora indignado y sorprendido por lo de la falsa cátedra , los tejemanejes alrededor de las ayudas y subvenciones a ciertas empresas amigas. Las explicaciones risibles del repelente niño Vicente con gafas y tupé amañado con gomina El necio también con gafas hijo de aquel buen ugetista de Bilbao que aprovecha todas las cámaras de televisión para acreditar su tontuna. Y los rebuznos de este mastuerzo cuyo vocabulario escatológico se expande más allá del fango y le acerca a esa minoría genéticamente involutiva.
Nada de esto interesa aquí, en esta pequeña playa frente a un mar infinitamente azul. Aquí, sentado sobre una silla cómoda me dispongo a abrir una botella de manzanilla La Guita y degustarla con excelentes anchoas del Cantábrico bajo el amparo de una sombrilla. Au revoir, farsantes que jodéis el paisaje social con tantos excesos, tanta confusión hilvanada de mentiras y tanta lujuria de poder y dinero. Cerca de mi sombrilla la vida fluye, tenemos vecinos de varios países y les invito a que prueben la manzanilla. Un alemán repite la cata. Sigo con mi rutina antes del baño, Spotify me proporciona música bajita que deleita estas horas. Y la vista a derecha e izquierda de señoras realmente estupendas. Y surge en mis adentros la faceta más humana que ahora me atrevo a hacer pública, hace años que este grito lúdico había llegado hasta mis labios sin atreverme a pronunciarlo. Estaba mal visto enaltecer las formas rellenas en la mujer, como si fuera síntoma de una degeneración o una especie de grosería. Culminada la barrera de cierta edad no me preocupa pensar y explicarme de forma adecuada a la realidad, no creo que ello moleste a feministas ni antifeministas, pero tampoco me importa.
En estas fechas he tenido ocasión de leer en una revista francesa que se van a propiciar las formas femeninas más evidentes; por fin, después de varios años de sequía nos llega una libido tan estimulante, algo primario instalado en el hipotálamo y tan antiguo como la humanidad misma se aviva y se alegra de la belleza que proporciona algo tan natural. Durante décadas se instaló una liturgia sobre la delgadez. La inauguró aquella modelo superdelgada cual fideo que se llamaba Mary Quant. Millones de jóvenes siguieron este patrón de obligado cumplimiento en el cine, la televisión y las revistas de moda. La delgadez extrema y la ausencia de formas se confundió estúpidamente con la elegancia. Lo bonito y atractivo ha sido desde entonces para millones de jovencitas parecerse a una convaleciente de tuberculosis. Hasta este verano pletórico de vida y excesos que señalan algo parecido a la alegría de vivir, sin complejos, sin reproches, sin catálogos sociales efímeros.
Durante años aguantamos estoicamente quienes preferíamos lo carnal con todas sus formas, lejos del arquetipo esquelético. La misma revista anuncia que las casas de ropa femenina van a considerar a millones de mujeres pletóricas de ciertos encantos. Es posible que a algunos les llegue tardíamente esta ola de frescura y naturalidad, pero no duden que otros millones estaránencantados de la exuberancia. Llegados a este punto, es posible que sorprenda a mis lectores que me extienda en estas consideraciones, entiendo que la vida cotidiana se basa en cosas sencillas como esto que describo, infinitamente más alegre que la podredumbre de la política. El ser humano, para su fortuna posee una imaginación desbordante que no se puede restringir a asuntos como la política, la economía, ni a profundas reflexiones sobre lo bien o lo mal que nos va. A veces hay que dejar que la mente vuele libre, sin prejuicios hacia paraísos imaginarios o reales sin pensar en la hipoteca ,la avería de la lavadora, el IVA , el IRPF y todas las obligaciones de esa la forma de vida extenuante que finalmente no produce ninguna felicidad.
Estamos inmersos en una gran contradicción de la conducta humana. En los últimos años la humanidad ha avanzado notablemente en capacidad tecnológica para una mejoría de recursos que posibilitan el abastecimiento de alimentos así como nuevos productos alimentarios. Nunca hubo semejante facilidad como la de ir a un super mercado y satisfacer las exigencias gastronómicas más diversas. Pero como paradoja de estos tiempos de desarrollo han surgido circunstancias nuevas y distintas sobre patrones sociales, de un lado la capacidad de poder comer y satisfacer placenteramente el sentido gustativo creando incluso una corriente gastronómica hacia la excelencia de sabores y de otro lado en estas mismas fechas aparece la tendencia modernista de no comer para lograr la delgadez ajustada a ciertas medidas corporales. En otros tiempos de la humanidad la delgadez era norma obligada por la escasez de recursos alimentarios. No es esta la tendencia en esta pequeña playa mediterránea, aquí se exhiben las formas abundantes con total naturalidad, la naturaleza triunfa y la humanidad vuelve a la libertad de actuación sin constricciones canónicas.
Han pasado varias horas y remato la manzanilla junto a una pareja mientras hablamos del mar de las aguas templadas, del vino y del maravilloso carácter andaluz que todo lo acoge con simpatía. Continua Spotify con canciones de Nina Simone, Mahalia Jackson, Camarón de la Isla y de Lole y Manuel. Y toca recoger la silla y la sombrilla. El móvil es un artefacto diabólico, lo miro de reojo y aparece en pantalla otra noticia sobre García Ortiz, el abogado de Sánchez&Begoña y Asociados que ahora obliga a los fiscales a que también incluyan en la amnistía a los miembros de los CDR que fueron detenidos por la policía nacional en posesión de armas de fuego y productos para fabricar explosivos en aquellas jornadas de destrucción y fuego en las calles y plazas de Cataluña. Sánchez pactó la impunidad con esta banda de delincuentes y en cumplimiento deberán quedar libres.
Miro otra vez a la playa y se acerca una esplendida mujer que me pregunta en español si habrá sitio en el chiringuito. Mañana seguiré esta ruta hacia la alegría.
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