Desde mi ventana

La tribuna

23 de junio 2024 - 05:02

Escribo desde un pueblo de Andalucía. El azul intenso del mar se confunde con un horizonte infinito escucho en mi ventana el chillido de las gaviotas ajenas al calor de estos días. Mi palmera no ha querido madurar los dátiles anaranjados, los geranios y adelfas necesitan agua y la vieja casa rezuma humedad. Pero estoy, según imagino, en un rincón del paraíso. Mis paseos hasta el puerto son una rutina diaria, espero los barcos que arriban y tras las faenas de a bordo acompaño a mis amigos pescadores a tomar unas cañas con unas gambas rojas recién sacadas de la mar. las conversaciones son recurrentes, cuantos kilos de captura, los precios de la subasta, las restricciones de la unión europea a los barcos de arrastre, la escasez de pesca, el menguante número de barcos dedicados a las artes menores. La decadencia irreversible del sector pesquero y lo jodidamente complicada que esta la vida. La política se percibe desde aquí con cierta distancia y bastante desprecio. Pero escucho comentarios sarcásticos sobre la mierda que envuelve la política y altas esferas de la justicia. Mis amigos imaginan que por vivir en Madrid conozco los secretos que mueven la maquinaria de los partidos. La vida sigue su curso y su rutina sin que nadie, ni uno de mis amigos o vecinos comenten las atrocidades que se suceden en la pestilencia del triunvirato; gobierno-constitucional-fiscalía general. Ya no hay reparo alguno, los velos del pudor se desgarraron y se actúa con total impudicia atiborrados de sectarismo, ideologías y prebendas. Entre el fango espeso que destila el gobierno y sus camarillas de colaboradores externos un flasch me salta en el móvil; como estaba anunciado el Tribunal Constitucional estima parcialmente, el recurso de “amparo” que presentó Magdalena Álvarez contra su sentencia condenatoria por prevaricación que dictó la Audiencia de Sevilla y confirmó el Tribunal Supremo. Va a resultar que por la gracia de los Siete y la manipulación de los hechos la prevaricadora se presente ahora como Santa y Mártir cuando jurídicamente solo se aminora la sentencia condenatoria. Lo que levanta cierto recelo es el aviso que hizo Pedro Sánchez en el mitin de Benalmádena donde apadrinó la reaparición pública de esta delincuente. ¿Conocía Sánchez la resolución del constitucional en aquella fecha? Nadie dudaba que el resultado de siete a cuatro se repitiera en este caso como una bono- loto premiada con antelación. Lo de Magdalena Álvarez se presenta como una “pieza de tanteo”. Por su irrelevancia sería la primera pieza que tras la asonada de la amnistía abriera paso a los demás delincuentes corruptos, altos dirigentes en sucesivos gobiernos de Andalucía que en su propio beneficio político desviaron 678 millones de euros de fondos públicos destinados a fomentar el empleo. Magdalena Álvarez comenzó a entrenarse en estas ardides y se cubrió de gloria como Lady Aviaco despilfarrando en su beneficio `personal usando más de 400 billetes de vuelo cuando era consejera de esa compañía. El dinero y la polémica han acompañado su trayectoria personal y política, pero la cima de su podredumbre política y moral se hizo patente como consejera de la Junta de Andalucía. El fraude de los ERES es el mayor caso de corrupción en España y en Europa. La Audiencia de Sevilla invirtió varios años de investigación y dinero público; declaraciones de cientos de testigos y pruebas documentales suficientes para sustentar una sentencia de 1.821 páginas suscrita por unanimidad por los magistrados de la sala de lo penal condenando a la cúpula del socialismo andaluz. Sentencia confirmada por el Tribunal Supremo como último tribunal de apelación de la jurisdicción ordinaria. Es decir, una condena firme con las garantías procesales de un Estado de Derecho. Papel mojado, tiempo y dinero público a la basura, siete magistrados altamente politizados han marcado el camino a otros políticos corruptos. Estos magistrados no tienen competencias ni jurisdicción en el organigrama de la Justicia y son elegios en las altas esferas de la política pero han podido anular parcialmente la sentencia por prevaricación de Magdalena Álvarez cuando en ella concurren algunas consideraciones de orden superior; es miembro y dirigente del PSOE, ha ocupado altos cargos con diversos gobiernos socialistas, y además es claramente corrupta. Después de esto ¿hemos de seguir confiando en la neutralidad, independencia y profesionalidad de los magistrados de la Audiencia de Sevilla y del Tribunal Supremo? ¿O tal vez no? Y será por esa incógnita pringosa que los del común dejemos de confiar a partir de ahora en la Justicia ordinaria y nos dediquemos todos la política con ansias de mangoneo. La reforma de Pedro Sánchez del código penal sobre prevaricación, sedición y malversación se hace elocuente en este amparo a los delincuentes a condición que sean políticos corruptos. Un salvoconducto que viene avalado por las actitudes de la Fiscalía General del Estado, ahora en funciones de agencia sanchista y del tribunal constitucional por esa ecuación del siete a cuatro que presumiblemente va a continuar despachando amparos a favor de los demás condenados por los ERES: Manuel Chaves, José Antonio Griñán y demás delincuente de cuello blanco que tramitarán sonrientes sus recursos. Es posible que la mayoría de altos funcionarios subordinada al sanchismo se consideren “salvadores de la democracia”, que tras cuarenta y ocho años de transición aún estamos condicionados por magistrados y tribunales franquistas y en este subrayado todo cabe, incluso echar paladas de fango sobre el Estado de Derecho y volver a la esencia de los tribunales populares de la II República. Pura falsedad, los magistrados y tribunales jurisdiccionales españoles ejercen con pulcritud democrática y plena legitimidad constitucional, el tribunal constitucional no es jurisdiccionalmente un tribunal y vista su trayectoria debiera ser una sala especial del Tribunal Supremo. Por la importancia extrema de este asunto cabe mencionar el voto particular del magistrado César Tolosa, contrario a la estimación favorable a Lady Aviaco ; “La sentencia a la que manifiesto mi discrepancia ha devastado los límites de la jurisdicción constitucional al irrumpir en el ámbito reservado a la jurisdicción ordinaria y suplantar al Tribunal Supremo como máximo intérprete de la Ley y como consecuencia ello ha ocasionado un daño institucional difícilmente reparable al anular las sentencias dictadas en el asunto de corrupción más importante de la reciente historia de España y rectificar por primera vez desde que entró en funcionamiento del tribunal constitucional el criterio del Tribunal Supremo”. Ya saben mis amigos pescadores porque les he explicado que los políticos corruptos tienen amparo a sus delitos abonando la podredumbre que se extiende a lo largo y ancho de España. La impunidad confirmada a favor de golpistas, sediciosos, prevaricadores, malversadores, traidores, ladrones y demás calaña hacen de España un paraíso para la alta delincuencia.

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