La tribuna
¿Venderá Trump a Ucrania?
La tribuna
La prensa progre estadounidense, que es decididamente anti-Trump, especula con las medidas radicales que el futuro presidente puede tomar el 20 de enero cuando preste juramento. Los medios de información contabilizan 42 promesas que el ganador de las elecciones ha hecho durante la campaña electoral, alguna mencionada treinta veces en estos meses, y en las que ha dado a entender que muchas de ellas las aprobará el primer día.
La más relevante es la de que emprenderá la mayor deportación de ilegales de la historia de Estados. Este propósito es irrealizable porque hay más de once millones de personas en esa situación, una cifra brutal, y porque existen escollos legales que harán costoso, largo o improbable que ese número pueda ser respetado. Más sencillo será expulsar a las decenas de miles de inmigrantes que han entrado clandestinamente en el país y que han cometido delitos por los que han sido judicialmente condenados.
Otra amenaza, que no parece una fanfarronada, es la de que impondrá tasas aduaneras a Méjico y Canadá, si no impiden la entrada de ilegales en Estados Unidos, y a China si no cumple determinados requisitos comerciales. Esto, no hay que extenderse demasiado en el asunto, puede acarrear una guerra aduanera porque es difícil que los damnificados la acepten sin más que un simple pataleo. Con todo, para los europeos la cuestión que más alarma a corto plazo es la suerte de Ucrania. Trump ha manifestado en un par de ocasiones que es capaz de encontrar una solución al tema en 24 horas y su futuro Vicepresidente, Vance ha mostrado sus reticencias hacia el mantenimiento de la ayuda militar a Ucrania. Temiendo que Trump encuentre la cuadratura del círculo presionando a Ucrania para que permita a Rusia quedarse una parte importante de su territorio, ¿el 18 o 20 por cien?, lo que podría implicar que en caso contrario Washington recortará su ayuda militar, el presidente saliente Biden ha adoptado en estas dos últimas semanas medidas que los dirigentes ucranianos vienen mendigando desde hace muchos meses: La posibilidad de lanzar contra el territorio rusos misiles americanos de largo alcance y la entrega a Kiev de minas antipersonales. Bastantes observadores apuntan a que la ayuda americana y de los países de la Otan a Ucrania ha sido , de forma constante, tardía y cicatera. Se ha dado menos de lo necesario y con evidente retraso. Esto ha ocurrido con los tanques americanos Adams y con los europeos, con los aviones F-16 y con la autorización de emplear el material en operaciones en territorio ruso. La situación era paradójica, para algunos parajódica, porque Putin desde el arranque de la agresión viene alevosamente bombardeando a distancia toda clase de edificios civiles en Ucrania, torres de apartamentos, centrales eléctricas y hasta algún hospital y algún teatro. Como se ha afirmado gráficamente, Occidente ayuda a Ucrania pero la viene forzando a luchar la guerra con una mano atada a la espalda; mientras Putin no se imponía ninguna traba excepto la nuclear( que ahora ominosamente esboza).
En la contención americana y occidental entraba, sobre todo en la mente de Biden, la consideración de que una escalada global con Moscú podría tener consecuencias terroríficas. En la de muchos europeos, España es un magnífico ejemplo, contaba, además, el factor económico; como he escrito en estas páginas, los europeos, ansiosos por conservar su estado de bienestar, no han gastado en defensa lo que debían confiados en que para eso está Estados Unidos. Para protegernos.
Con Trump la situación va a cambiar. Entre otras cosas porque su opinión pública , aunque menos radicalmente, también viene cambiado. Al Presidente republicano no le preocupa mayormente el mantenimiento de la democracia en el mundo, le resbalan las Naciones Unidas y bastantes compromisos internacionales, no le entusiasman los aliados tradicionales de Washington a los que considera unos gorrones y unos aprovechados, Estados Unidos gasta un 3´5% en defensa y la media de los otros 31 países de la Otan debe estar en el 1´9( España, ¡Oh, Fabio, que dolor¡, el 1´35) y, por último, le hastían las aventuras militares en el exterior, Irak, Afganistán, etc.... que se han cerrado mal. Lo que queda en la mente de la intervención en Afganistán no es que las mujeres del país empezaron a ser libres, ahora han vuelto a un servilismo y una oscuridad bochornosos, sino la salida apresurada y humillante de las tropas americanas. Europa se equivoca si no se percata de que estos pálpitos también afloran en el electorado estadounidense hoy. No es sólo un capricho del ególatra Trump.
Europa, por lo pronto, está dividida. No es igual lo que piensa el polaco Tusk, que quiere convencer a sus colegas que se tomen en serio el tema de la defensa y que sostiene que no hay que debilitar a Ucrania, que lo rumia el húngaro Urban o el favorito en las elecciones rumanas mucho más complacientes con la conducta de Putin.
Trump estará tentado de retorcer el codo a Zelenski para detener la guerra. Pero, ¿a qué precio? No es presentable pedir a un país que ceda un buen bocado de su territorio, cualquier dirigente europeo de los ya tentados a hacerlo, debería plantearse si el podría engullir esa amputación de su país para la eternidad. Por otra parte, la cesión alentaría al hampón Putin a repetir sus fechorías en cualquier otro territorio de su esfera de influencia. También daría alas a China cuando rumia zamparse a Taiwan. Abandonar a Ucrania significaría, en frase del Washington Post, mostrar a los dictadores del mundo que la firmeza de Occidente ante los atropellos tiene fecha de caducidad. Un editorial del mismo periódico, que no se distingue por ser un halcón belicoso, concluye diciendo que “un mal arreglo ahora en Ucrania es peor que que nohaya arreglo.
También te puede interesar
La tribuna
¿Venderá Trump a Ucrania?
La tribuna
¡Parad la guerra con Rusia!
La tribuna
José María Martínez de Haro
‘Bomba nuclear’ amenaza al Gobierno
La tribuna
Estado imperfecto
Lo último
“la experiencia multicanal, una demanda del cliente”
El vídeo resumen del encuentro “La experiencia multicanal, una demanda del cliente”
María Li Bao | Empresaria de la restauración
María Li Bao: "Los chinos cada vez nos integramos mejor en España y su cultura"
El parqué
Ascensos moderados