Regeneración democrática

La tribuna

06 de octubre 2024 - 03:10

Es un hecho incontestable que en España hay poderosos e influyentes medios de comunicación en sintonía con la izquierda y la extrema izquierda que favorecen las políticas del gobierno de coalición de Pedro Sánchez. Asimismo es cierto que otros medios afines al bloque liberal conservador se muestran críticos con Sánchez, sus socios de gobierno y sus aliados parlamentarios. Esto no es una novedad desde el comienzo de la transición los medios informativos se posicionaron señalando una línea editorial en consonancia a las ideologías que han venido siendo preponderantes desde 1.978. Ninguna novedad digna de mención, los profesionales del periodismo y el público en general conocía estas relaciones que ahora mismo se mantienen apoyando al poder establecido o a la oposición.

La única y asombrosa novedad digna de resaltar es que la esposa de un presidente del gobierno y su hermano estén en la lupa de los medios informativos como protagonistas de un escándalo por presuntas corrupciones que están siendo investigadas por los tribunales de Justicia. Medios nacionales e internacionales se hacen eco de esta trama que salpica la figura institucional de la Presidencia del Gobierno y la credibilidad y ética de las instituciones españolas. Editorialistas y columnistas de influyentes diarios europeos afirman que una situación semejante no sería posible en democracias donde los contrapoderes establecidos cumplen sus funciones en relación a las actividades del gobierno y sus áreas de influencia personales y familiares estarían sometidas a un estricto control parlamentario, mediático y judicial. Además de ello, las exigencias de las sociedades civiles organizadas y conscientes de su responsabilidad en el orden democrático determinaría en ciertos casos la propia continuidad de un gobierno o de cualquiera de sus miembros o cargos institucionales. El reciente caso de Boris Johnson obligado a dimitir de Primer Ministro del Reino Unido por exigencia de sus propios compañeros del partido Conservador nos muestra las exigencias éticas de los propios partidos políticos frente a ciertas prácticas sospechosas de perjudicar la reputación de las instituciones democráticas.

Nada de esto se asemeja a lo que diariamente ocurre en España. Por razones varias la sociedad española se ha adormecido y no muestra deseos de posibles exigencias y respuestas a tanto escándalo personal y político cuyos actores de relevancia tienen obligación de ajustarse a las leyes y a los controles establecidos en la Constitución. Sin la actividad vigilante y eficiente de dichos controles ningún país puede calificarse como democracia, aunque en tiempos pretéritos se comportara como tal. Las democracias requieren una permanente actitud, unos equilibrios de control, respeto y sometimiento de todos los poderes del Estado al imperio de la Ley. Esto no parece preocupar a Pedro Sánchez que avanza impertérrito hacia la fragmentación territorial, social y política de España socavando con leyes y decretos la propia esencia de la democracia. Es posible imaginar que reunido en cónclave con sus 645 asesores traten de eludir todas las obligaciones y compromisos democráticos con el único objetivo de permanecer en el poder.

Lo cierto es que el balance de la democracia española en 2024 presenta anomalías dignas de mención. Pedro Sánchez prefiere eludir el debate y el control parlamentario y ha batido el record de Decretos/Ley de toda la historia de la democracia española; en 2023 el 69% de las leyes se aprobaron por el sistema de Decretos sin mediación del debate parlamentario. Tal es el grado de soberbia e impunidad que se arroga el presidente del Gobierno que en fechas recientes ha llegado a afirmar en un acto público del PSOE;” avanzaremos con o sin el poder legislativo”. Tal declaración ha causado alarma en los demócratas españoles y europeos; no existe un gobierno que pueda calificarse democrático que desprecie al poder legislativo, tal gobierno sería una forma de dictadura bajo la apariencia de democracia.

Para los fines explícitos y obsesivos de poder, no basta la constante colonización y corrosión de las Instituciones y Organismos de la Alta Administración del Estado, Sánchez también apunta a las actividades profesionales de jueces, magistrados, fiscales y medios de comunicación señalando y hostigando a profesionales de la judicatura que cumpliendo con su deber investigan casos de presunta corrupción a miembros de su familia y destacados dirigentes y ministros de su gobierno. Como muestra de las reacciones de la prensa internacional sobre la deriva autoritaria de Sánchez el demoledor reportaje de la revista económica The Economist titula ; “ Pedro Sánchez se aferra al cargo a costa de la democracia española”´. Esto no es una ocurrencia de la prensa, la radio o las televisiones españolas situadas según Sánchez y sus corifeos en la “fachosfera”, esto lo publica una de las revistas más prestigiosas del mundo a la que no podrá alcanzar esas anunciadas y severas sanciones con apariencia de ley que trata de amedrentar y amordazar la libertad de opinión y de la libertad de información en España. The Economist añade más; “ Sánchez en coalición minoritaria gobierna a placer de los nacionalistas radicales catalanes y vascos a un coste cada vez mayor para la calidad de la democracia española y sus Instituciones”. No se ha conocido una crítica más severa en 48 años de democracia.

Frente a esta realidad Sánchez, apalancado tras el muro contra la “ultraderecha” y ayudado de su equipo de campaña ha preparado minuciosamente una batería de medidas restrictivas de la libertad que se reúnen en un pomposo título; Plan de Acción del Gobierno para la Regeneración de la Democracia”” una contradicción en sus términos. Contempla 31medidas coercitivas referidas a los medios de información con el supuesto fin de “perseguir la desinformación”. Según publica el País, diario oficial del sanchismo,” la regeneración del gobierno impone mayor control sobre cargos públicos y una comisión en el Congreso contra los bulos”. Hubiera sido una excelente propuesta que pudiera haber evitado el nombramiento a dedo de esos altos cargos de ejemplaridad pública como personifica un tal Koldo y Tito Berni y de ministros como el tal Ábalos, muestra de la tranquilidad de conciencia de un político socialista a la hora de votar. La Omertá, es una tradición ventajosa en estos países mediterráneos.

Ante esta degradación de la política española, desde diversos sectores políticos, académicos, económicos y sociales se reclama la urgente necesidad de pactos de Estado y de gobierno con los partidos de la oposición parlamentaria que cuenta con 137 diputados , detenta el poder en once comunidades autónomas, en 3.193 ayuntamientos, entre ellos 34 capitales de provincia y además tiene una mayoría absoluta en el Senado. Sería el comienzo de una verdadera regeneración . Frente a lo aconsejable para el interés general, Sánchez ha preferido pactar con partidos y agrupaciones electorales de izquierda extrema y partidos separatistas minoritarios cuyo impacto de votos en el cómputo nacional es irrelevante.

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