La tribuna
El Grifo de Almería que no es de Almería
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Tras la reconquista de Almería por los cristianos, el Rey Fernando consideró que la ciudad tenía un perímetro amurallado demasiado grande, lo que hacía difícil su defensa; por ello mandó retraer el trozo de muralla que iba desde la Puerta Purchena, bordeando las ramblas de Alfareros (Obispo Orberá) y de Belén. Su última ubicación, que duró hasta mediados del siglo XIX, siguió el trazado aproximadamente de lo que luego se convertiría en el Paseo. Esta muralla cristiana contó con dos baluartes: el de San Francisco y el de Santo Domingo. Entre ambos estuvo la Puerta del Sol donde está la calle Lachambre que da entrada a la Plaza Marqués de Heredia. Durante muchos años existió en esta calle la droguería Puerta del Sol, que nos recordaba su emplazamiento. A su altura en el Paseo está desafiante y majestuoso el gran “Árbol del Paseo” (Ficus Macrophylla) con cerca de 150 años y gozando de buena salud para asombro y disfrute de turistas y almerienses. Poco más arriba y en esta misma acera estuvo el Café Colón, todo un símbolo de la posguerra con vocalistas y orquesta por las tardes. En su interior, en la parte trasera, estaban los billares, donde había auténticos artistas, fueron los magos del taco y las bolas. A otro nivel y guardando las distancias, estaban los futbolines y los jugadores de dominó. Toda mi generación vivió allí tardes inolvidables.
Poco más abajo estaba y sigue estando el Círculo Mercantil que se creó aproximadamente en 1900 -como entidad- porque en esta fecha hay pequeñas diferencias que no vienen al caso. Pero el edificio que ocupa actualmente el mismo, que se encuentra adosado al Teatro Cervantes, se construyó entre 1915 y 1920. La parcela que ocupa actualmente el Teatro acogió anteriormente un Teatro de Variedades. El Kiosco de la Música que mandó levantar en 1935 el alcalde Alemán Illán, lo diseñó el arquitecto Guillermo Langle. La retroexcavadora se lo llevó por delante en 1966. Durante mi niñez disfruté de los conciertos que todos los domingos nos regalaba la banda de música del Ayuntamiento. Pasodobles, música española y oberturas de óperas y zarzuelas hicieron las delicias de un par de generaciones.
Se está construyendo la nueva estación del ferrocarril y de autobuses, aprovechando algunas estructuras de la desaparecida estación intermodal, pero antes la estación de autobuses estuvo en la Plaza de Barcelona en lo que hoy ocupa Mercadona. La primera estación de autobuses que yo conocí estuvo en el Paseo, precisamente frente al Kiosco de la Música. La compañía Alsina Graells monopolizó las líneas de autobuses de la provincia, con aquellos vehículos de pequeño tamaño y un morro enorme, a los que llamábamos correos, porque junto a los viajeros eran los encargados de repartir la correspondencia por los pueblos que pasaba. Entre la escasa potencia de los vehículos, el estado de las carreteras y las paradas el recorrido Almería Fondón, por ejemplo, duraba tres horas y media en el mejor de los casos. En las décadas de los 50 y 60 del siglo pasado en Almería hubo mucha afición al boxeo y muchos púgiles, algunos de ellos de gran importancia. Entre los que recuerda mi memoria están: Juanito Cid, Pepe Bisbal, Juan Segura, Juan Rodríguez y Juanito González. No deja de ser curioso el hecho de que prácticamente todos los púgiles se llamasen Juan. Las veladas de boxeo se celebraron en diversos sitios, pero uno de ellos fue en el Paseo, concretamente en un solar que había, donde poco después se levantó el Hotel Costasol.
Posiblemente el comercio más importante que hubo en el Paseo y por tanto en Almería fueron los Almacenes El Águila, ubicados en su parte alta. Fue una auténtica revolución por la variedad de productos que vendían y sobre todo por sus campañas publicitarias. En la década de los 50 todos los jueves por la tarde daban un globo a los compradores. Unos años después regalaban unas pelotas verdes y duras a todos los compradores de un par de zapatos “Gorila”. Aún hubo otra campaña comercial, tal vez la más importante, que consistió en hacer un sorteo al principio de cada mes entre todos los días del mes anterior y a los compradores del día agraciado se les regalaba la compra completa en género. Recuerdo que mis padres se vieron agraciados en uno de estos sorteos y mi padre se llevó dos trajes. En 1973 Almacenes el Águila cerró sus puertas definitivamente.
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