Para la libertad

La tribuna

11372259 2025-03-15
Para la libertad

En su poema Para La Libertad, maravillosamente cantado por Serrat, decía Miguel Hernández estos versos que cito a continuación: “Para la libertad, sangro, lucho, pervivo / Para la libertad, mis ojos y mis manos / Como un árbol carnal, generoso y cautivo / Doy a los cirujanos / Porque donde unas cuencas vacías amanezcan / Ella pondrá dos piedras de futura mirada / Y hará que nuevos brazos y nuevas piernas crezcan / En la carne talada / Retoñarán aladas de savia sin otoño / Reliquias de mi cuerpo que pierdo en cada herida / Porque soy como el árbol talado que retoño / Aún tengo la vida”.

Recuerdo que ese libro lo compré en el curso 69/70 en la librería que había en la esquina de más arriba de la calle Duquesa en la Plaza de la Trinidad de Granada, de la que desgraciadamente no recuerdo el nombre y que era donde vendían la revista de Manifiesto Canción del Sur y los libros prohibidos por la censura, entre otros alimentos para nuestra cultura.

Por otra parte, he leído, en la obra Mis Creencias de Albert Einstein, concretamente en su capítulo dedicado a La Libertad, lo que decía el profesor:

1.- Los bienes esenciales destinados a sustentar la vida y la salud de todos los seres humanos, deberían producirse con el mínimo esfuerzo posible.

2.- La satisfacción de las necesidades físicas es, por supuesto, la condición previa indispensable para una existencia decorosa, si bien no es suficiente por sí sola. Para que los hombres se muestren satisfechos deben tener también la posibilidad de desarrollar su capacidad intelectual y artística según sus características y condiciones personales.

Para conseguir los fines del punto 1, hay que impulsar las todas las investigaciones científicas. Para conseguir lo expuesto en el punto 2, es imprescindible que sea posible la difusión sin restricciones de opiniones y consecuencias: libertad de expresión y de enseñanza en todos los ámbitos de la actividad intelectual.

Pero para que los investigadores expongan libremente sus ideas y resultados, lo primero imprescindible es que esa libertad esté garantizada por la ley.

“Mas las leyes solas no logran asegurar la libertad de expresión; a fin de que el hombre pueda exponer sus opiniones sin riesgos serios debe existir el espíritu de tolerancia en toda sociedad”. Los anteriores renglones los he entrecomillado para resaltarlos, al margen de que sean una cita literal de Einstein a la que cualquier explicación que yo le añadiera, los estropearía.

Einstein tenía claro lo que decía cuando escribió esas líneas, lo mismo que cuando escribió toda su obra y prueba de ello es que a continuación añadió: “Un ideal de libertad externa como éste jamás se logrará plenamente, aunque debe persistirse en él con empeño si queremos que el pensamiento científico avance sin tregua, lo mismo que el pensamiento filosófico y creador en general”.

Cuando escribió las citas anteriores, lo hizo en un libro nada extenso, pero sí denso siendo ya mayor. Es decir, ya tenía casi gastada su vida y lo había hecho dándole a la Humanidad tal cantidad de conocimiento y de tantas materias y para tantas conductas que si se hubieran desarrollado y puesto en práctica la sociedad actual estaría muchísimo mejor en muchos aspectos de la vida diaria, no sólo del conocimiento, entre otros aspectos seríamos una sociedad más libre y más culta. O quizás debería decirlo al revés: mucho más culta y, por lo tanto, mucho más libre.

Para confirmar estos últimos renglones anteriores, solamente tenemos que fijarnos en las estatuas de Eleuteria, la diosa de la libertad helénica, dotada de alas, la mano derecha en alto y una tablilla en la izquierda.

Como no quiero contaminar este artículo hablando de banalidades tales como los discursos de algunos políticos que no enriquecen a la Sociedad, voy a concluirlo citando unos versos de “Va, pensiero”, el coro de la ópera Nabucco, de de Verdi, inspirado en el Salmo 137, y que posteriormente se convirtió en un himno para patriotas italianos, que buscaban la unidad nacional y la soberanía frente al dominio austríaco.

Para finalizar, una curiosidad, Nana Mouskouri hizo una versión de la canción hacia el año 1980, y la canción de Boney M “Rivers of Babylon” también está inspirada en el Salmo 137. La Biblia da mucho juego.

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