Ángel López Moya

La historia de mojácar

La tribuna

10237152 2025-01-02
La historia de mojácar

02 de enero 2025 - 03:07

Mojácar es un pueblo del levante almeriense con unos 7500 mojaqueros y uno de los más conocidos fuera de nuestras fronteras por el turismo. Situado en la gran cuenca del río Almanzora, Mojácar se encuentra sobre una pequeña colina de 170 metros de altitud. El balcón es impresionante y el viajero se queda extasiado contemplando el azul del mar que contrasta con los oteros grises y ocres que se extienden en la llanura. Sus casas, como cubos blanquísimos, se levantan sobre una roca casi roja, formando un conjunto caprichoso. Su origen es remotísimo y por sus tierras han pasado todas las civilizaciones que han entrado en la península a lo largo de los siglos. Como ciudad romana fue octava mansión de la vía romana de Cástulo y Malaca y tuvo privilegio de acuñar moneda. Esta zona está considerada como la puerta por donde han entrado las culturas más antiguas de la Península.

Fue fortaleza hasta 1.518 y perteneció a la Casa de Alba. Hay documentos que así lo atestiguan en los que se habla de su titular como “señor de los Alcázares de Sevilla, Córdoba y Mojácar”. Destruida por un terremoto en el siglo XVI, aún conserva ruinas de la antigua fortaleza musulmana y los arcos de Marote, Luciana y la Esquinita. En su extensa playa y a unos dos km. del pueblo se ubica el Parador Nacional Reyes Católicos.

Hecho este preámbulo, damos un gran salto en la Historia y nos situamos a finales del siglo XV. Las tropas cristianas poco a poco habían ido avanzando hacia el sur y hacia el este. El Reino de Granada, último reducto musulmán en España, iba retrocediendo sus fronteras día tras día, mientras las tropas cristianas avanzaban victoriosas. La cuenca del Almanzora era una zona semidesértica que tanto moros como cristianos habitaban casi exclusivamente en las plazas fuertes de los Vélez, cuevas de Vera, hoy Cuevas del Almanzora, Garrucha y Mojácar. Pues bien en el año 1487 las tropas de los Reyes Católicos ya habían rebasado la línea Mojácar-Los Gallardos.

Corría el año de 1488 cuando el alcaide de Mojácar, aunque viviendo ya en territorio cristiano, no se daba por conquistado y no había rendido homenaje a sus nuevos soberanos los Reyes Católicos; éstos ante la demora del alcaide Alavez, que así se llamaba, enviaron a Mojácar al capitán Garcilaso al frente de su Escuadrón, conminando a Alavez y al pueblo a que se rindiese. La palabra rendirse no le gustó absolutamente nada al alcaide y en la Plaza de la Fuente tuvo lugar la entrevista y el siguiente delicioso diálogo que transcribo íntegramente y que no precisa comentario alguno. La contestación de aquel a los soberanos por la demora en rendirles homenaje fue:

“Cristiano: Di a tus reyes que no tomen a insulto nuestro modo de proceder. Atiende a mis palabras y exponles fielmente mi pensamiento y la razón de mi conducta, yo soy tan español como tú. Cuando llevamos los de mi raza más de setecientos años de vivir en España nos decís –sois extranjeros, volved al mar. En África nos aguarda una costa inhospitalaria que de fijo nos dirá como vosotros y por cierto con más razón que vosotros: Sois extranjeros: Cruzad el mar por donde vinisteis y regresar a vuestra tierra…Henos aquí entre dos costas que nos niegan el pan y nos niegan la vecindad y el abrigo. ¿Es esto humano?. Yo no hice nunca armas contra los cristianos. Dilo así a tus reyes: Alá es testigo... Si como pregona la fama Dª Isabel y D. Fernando unen la bondad de su corazón a sus grandes virtudes, confío en Alá, sabrán atender nuestra demanda. Nosotros en cambio prometemos fidelidad a los Reyes Cristianos. En caso contrario mis gentes harán lo que deban…yo antes de entregarme como un cobarde sabré morir como un español. ¡Que Alá te guarde!” Los monarcas contestaron a través de Garcilaso “Di a Alavez que accedemos a su demanda oídos sus nobles racionamientos: Que le ofrecemos nuestra amistad y confiamos sabrá corresponder a la merced que de buen grado le otorgamos. Que Dios le guarde y a todos los suyos”. Alavez fue fiel a su palabra y el escudo de Mojácar ostenta con el Águila Bicéfala, símbolo imperial de la Casa de Austria, la leyenda de MUY NOBLE Y MUY LEAL ciudad de Mojácar llave y amparo del Reino de Granada. Año 1488.

Esta leyenda figura en una placa de mármol sobre una fuente evocadora de recuerdos de aquellos moros españoles. En aquellos años los caballeros eran caballeros. Es una pena que queden tan pocos.

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