Héroes de azul

La figura del ángel custodio, presente en diversas religiones y culturas, ha sido, desde tiempos inmemoriales, asociada a la protección divina. En la tradición cristiana, se cree que cada persona tiene asignado un ángel que vela por su bienestar y la guía a lo largo de su vida. Para los miembros de la Policía Nacional de España, la devoción a los Santos Ángeles Custodios adquiere un significado especial, ya que son considerados sus patronos celestiales.

La elección de los ángeles como protectores de los agentes de policía no es casual; estos se enfrentan a diario a situaciones de alto riesgo, y la figura del ángel custodio se erige como un símbolo de esperanza, fortaleza y protección divina. Esta fe proporciona a los agentes un consuelo inmenso, especialmente en momentos de peligro o incertidumbre, infundiéndoles el valor necesario para cumplir con su deber. Más allá de la mera devoción religiosa, la figura del ángel custodio encierra un profundo simbolismo: representa un vínculo indestructible, la guía espiritual y la protección ante el peligro.

La devoción a los Ángeles Custodios en el seno de la Policía Nacional tiene raíces históricas profundas, manifestándose en imágenes, oraciones, procesiones y otros actos religiosos, siendo una parte fundamental de la identidad de la Policía Nacional de España. Esta fe trasciende lo religioso, convirtiéndose en un símbolo de valor, sacrificio y servicio a la comunidad. Así, los Ángeles Custodios se convierten en algo más que simples figuras religiosas; son compañeros invisibles que acompañan a los agentes en su día a día, brindándoles la fuerza y el ánimo necesarios para enfrentar los desafíos de su profesión. Por estos motivos, el 2 de octubre, día de los Santos Ángeles Custodios, se celebra en toda España con especial fervor dentro de las filas policiales. Esta festividad es, además, una oportunidad para agradecer, reflexionar, unificar y honrar. Lo que motiva la entrega de diferentes condecoraciones y distinciones.

Esta fecha se convierte en un buen momento para difundir los méritos y virtudes del Cuerpo Nacional de Policía, sirviendo además para fortalecer el vínculo entre la ciudadanía y las fuerzas del orden. Al compartir historias reales, visibilizar el trabajo diario de los agentes y resaltar los valores institucionales, se genera un sentimiento de confianza y reconocimiento hacia los policías. Esta labor no solo mejora la imagen pública de la institución, sino que también fortalece el sentido de pertenencia de los agentes y contribuye a construir una sociedad más segura y cohesionada.

Pero también debe servir esta celebración para sacar a la luz las reivindicaciones de esta profesión de verdadero alto riesgo, donde, por cada agente que muere en acto de servicio en España, se suicidan cuatro. Temas como una jubilación digna, al igual que otros cuerpos policiales, el reconocimiento de la profesión de riesgo, la equiparación salarial con otros cuerpos de policía, la necesidad de establecer protocolos claros de actuación, el uso de táseres para evitar riesgos a la integridad física, la ejecución de las obras de la Comisaría de Roquetas de Mar, la construcción de una nueva comisaría en Almería capital, así como más medios humanos y materiales en la lucha contra la delincuencia organizada, el narcotráfico o la inmigración irregular, son asuntos pendientes que deben abordarse.

Sin olvidar tampoco la necesidad de recuperar el principio de autoridad, que ha sido menoscabado sistemáticamente desde varios sectores, lo que en no pocas ocasiones deja a los policías en una situación de conflicto interno, de indefensión, que paraliza la toma de decisiones adecuadas ante enfrentamientos y agresiones que entrañan un gran peligro para su integridad física y su vida, además de la de los ciudadanos a los que se trata de proteger. Igualmente, la policía, como garante de la seguridad ciudadana, debe ser una institución apartidista y neutral. Su función primordial es proteger a todos los ciudadanos por igual, independientemente de sus creencias y adscripciones. La politización de las fuerzas del orden puede tener consecuencias negativas tanto para la institución como para la sociedad en general.

De esta forma la celebración de los Ángeles Custodios se convierte también en una fecha en la que los policías reclaman su profesionalidad, por encima de cualquier otro interés, porque cuando la policía se percibe como un instrumento político, la confianza de los ciudadanos se erosiona, lo que puede llevar a una mayor desobediencia civil y al aumento de la criminalidad. Además, la politización puede conducir a una aplicación selectiva de la ley, favoreciendo a determinados grupos y colectivos, lo que es incompatible con el principio de igualdad ante la ley. Sin olvidar que la injerencia en las investigaciones policiales puede obstaculizar la búsqueda de la verdad y la justicia, y facilitar la corrupción y el clientelismo dentro de las fuerzas del orden.

Por todo esto, y mucho más, en este día consagrado a los Ángeles Custodios, los almerienses rendimos un sentido homenaje a los hombres y mujeres que conforman la Policía Nacional. Su vocación de servicio, a menudo ejercida en condiciones adversas, es un ejemplo de valor y abnegación. Con cada servicio, cada intervención, estos guardianes de la ley ponen en riesgo su propia vida para proteger la nuestra. Su labor va más allá de cumplir con el deber; es una muestra de compromiso con la sociedad. Así en el día de sus patronos agradecemos su valentía y les deseamos un futuro lleno de éxitos y reconocimientos.

Con infinito respeto y gratitud, recordamos en esta fecha a nuestros héroes de azul que dieron su vida al servicio de los demás. Que los Ángeles Custodios los acompañen en su eterno viaje y los recompensen por su valentía y sacrificio. Su legado vivirá por siempre en el corazón de sus compañeros y de todos los españoles, y su ejemplo será sin duda un modelo a seguir para los actuales policías nacionales, que continúan trabajando por una España mejor, segura y más justa. De igual forma este día recordaremos a todos aquellos que formaron parte, en algún momento de su vida, de esta gran familia. No nos queda más que pedir a los Ángeles Custodios que los guíen en cada paso y los protejan de todo mal, para que puedan seguir cumpliendo con su noble misión de servir y protegernos a todos los españoles.