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Ala una y media de la madrugada del 1 de junio de 1921 inició la marcha desde su base en Buimeyán, en las proximidades de Annual (el Rif-Marruecos), una columna al mando del Comandante Villar, con 1.461 hombres y casi quinientas cabezas de ganado entre caballos y mulos de carga, con el objetivo de establecer una posición defensiva en la cima del monte Abarrán. La vanguardia de la columna la alcanzó a las seis de la mañana.
A las once, cinco horas después de haber coronada su cima, sin estar aún acabados los trabajos de fortificación, el Comandante Villar inició el repliegue a Annual, dejando a cargo de la defensa de la posición al Capitán Salafranca con una Batería de cuatro piezas de montaña con veintiocho hombres al mando del Teniente Flomesta, cien Regulares mandados por el propio Capitán Salafranca, otros cien policías a cargo del Capitán Huelva y algunos soldados más. En total, algo más de 250 hombres, de los que unos doscientos era tropa indígena de dudosa lealtad. Villar replegó a las dos Compañías de ametralladoras del Regimiento Ceriñola integradas en la columna, en una grave decisión, dada la potencia de fuego que hubieran proporcionado las ametralladoras a los defensores de la posición.
A las dos menos cuarto de la tarde, los rifeños iniciaron el ataque a Abarrán. A pesar de oír el fuego de cañón de los defensores, el Comandante Villar decidió continuar su repliegue hacia Annual, es de pensar que creyendo que dejó fuerza suficiente para la defensa de la posición.
A las cuatro de la tarde, los primeros elementos de la columna de Villar llegaron a Annual, mientras la guarnición de Abarrán estaba siendo aniquilada por el enemigo. Agotadas las municiones de artillería y muerto el Capitán Salafranca con los rifeños ya dentro de la posición, a las seis de la tarde caía Abarrán, después de aguantar cuatro horas de asedio. En apenas doce horas, se pasó de ocupar la posición a ser aniquilados sus defensores. Sólo fue cogido prisionero el Teniente Flomesta y unos pocos artilleros para que instruyesen al enemigo en el empleo de los cañones. Fue el primer ataque en el que los rifeños capturaron a nuestros soldados piezas de artillería.
Todo lo que ocurrió en Abarrán, pudo ser observado desde Annual. Y mientras tanto, el Comandante General de Melilla llegaba a la ciudad desde Annual creyendo que la ocupación de Abarrán había sido un éxito. Enterado de la pérdida de la posición y de más de doscientos efectivos en apenas cuatro horas, regresaría de nuevo a Annual sin saber aún que, envalentonados por esta victoria, los rifeños atacaron la posición de Sidi Dris en la madrugada del 2 de junio.
El Diario de Operaciones de la Comandancia General de Melilla refirió la pérdida de Abarrán en los siguientes términos: "Por fugitivos llegados a Annual y Sidi Dris se tuvo posteriormente noticias de que, atacada duramente la posición y resultando muertos los seis oficiales (cinco europeos y uno moro), había sido perdida totalmente, con material y efectos".
Esta derrota fue el preludio de la que se produjo mes y medio después, conocida como "Desastre de Annual", con la aniquilación de las Fuerzas de la Comandancia General de Melilla en su retirada hacia Melilla.
Todo ello enmarcado en la Guerra del Rif, consecuencia de las responsabilidades contraídas por España en el norte de África, que obligaron a nuestro Gobierno a implicarse en diversas operaciones de pacificación en la zona del Rif desde 1906. En un escenario muy inestable, los ataques a intereses españoles en torno a Melilla dieron lugar, en 1909, a una campaña militar contra las cabilas insurrectas.
En 1912, conseguida la pacificación de la zona de Melilla, se estableció un Protectorado español en los territorios del Rif, bajo la soberanía del Sultán marroquí. A partir de entonces, nuestras campañas militares tuvieron como principal objetivo el alcanzar de forma progresiva el dominio efectivo de todo el Protectorado, partiendo desde las ciudades de Ceuta y Melilla.
Interrumpidas las operaciones durante la Primera Guerra Mundial, nuestras fuerzas progresaron desde Ceuta para conquistar Xauen en 1920, mientras desde Melilla, el General Silvestre avanzó imprudentemente en dirección a Alhucemas, centro de gravedad de la rebelión. Los graves errores tácticos y logísticos en este sector culminaron con el desastre de 1921 en Annual. En su Primer Centenario, sirva la reseña de la derrota de Abarrán de recuerdo y homenaje a los caídos en esta Guerra del Rif.
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