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En la Academia Sanchista de las Ciencias Ocultas ocurren hechos extraordinarios que no explica la ciencia. Un dedito hábil y presuroso se desliza sobre la pantalla de un teléfono móvil y por artes ocultas desaparecen los datos que investiga la Guardia Civil. El hijo de un torero amasa un considerable patrimonio inmobiliario sin otra posible explicación que la buena administración del patrimonio presuntamente heredado de su abuelo que era Guardia Civil, no como el abuelo Florenci de Jordi Pujol rico de toda la vida. Los asuntos se enlazan por estar en fase de investigación judicial y resulta sorprendente que los científicos no logren una explicación a ambos fenómenos. Sin embargo, Pedro Sánchez ahora en calidad de Experto en causas sobrenaturales asegura que todo es normal, que nada de nada.
Hay quien opina que Jose Luis Ábalos, hijo de torero y nieto de guardia civil, perfila el prototipo del pícaro español. Tras su declaración ante el Tribunal Supremo el Magistrado ha considerado que hay algunos indicios para sentarle en el banquillo y ha solicitado a la UCO datos que aclaren el origen de su fortuna. La actividad profesional de Ábalos se ha reducido a la rentable tarea de pasar el cepillo a los abrigos de los dirigentes socialistas de Alicante, Valencia y finalmente Madrid. Un trepa desde las filas de la militancia avanzando paso a paso con servil actitud, mansedumbre y obediencia ciega hacia su destino final; el BOE y el dinero público. Ábalos no ha inventado nada de esto, es otro más en la “carrera profesional” de tantos miles y miles que nacen, crecen y se enriquecen en las filas de la partitocracia imperante. El caso es que Ábalos según parece ha sido cogido con el carrito de los helados y su futuro será un tránsito por las Salas del Supremo una vez se conceda el suplicatorio. Como saben vds. por complacencia de Pedro Sánchez tras cesarle como Ministro, Ábalos continúa aforado, un privilegio medieval que aún persiste en esta democracia amerengada. Un chollo. Menudo gesto de su Jefe un puesto asegurado en las listas del PSOE por Madrid. Un Premio Gordo de esa Lotería que reparten a los buenos chicos y chicas. Por ello, asumiendo el compromiso entre “hombres de honor” por el que se concedió ese escaño en el Congreso de los Diputados , Ábalos no declaró ante el Supremo nada que pudiera afectar el “honor” de su Jefe. Ni lo hizo, ni lo hará cumpliendo el Contrato acordado según la tradición siciliana. Se llama Omertá. En su comparecencia ante los medios informativos mostró una sonrisa zafia, altanera y chulesca, pero cabe imaginar que le hayan bajado los humores con la solicitud de suplicatorio del Magistrado, parece que no le aguardan las mejores Navidades de su vida. Como reacción impulsiva a su situación judicial ha presentado una denuncia contra la Guardia Civil, parece dispuesto a manchar el recuerdo del abuelo uniformado.
En los últimos días se han descubierto algunos aspectos que no auguran tranquilidad en su situación procesal; pisos alquilados por Víctor de Aldama para “diversos usos” de Ábalos, incluidos encuentros son señoritas. Un chalet de lujo en la costa de Cádiz y un local comercial cuyo contrato de compra esta en poder de Aldama. Habrá que esclarecer y probar que este enjambre inmobiliario pudiera ser inculpatorio de algún delito. Ante este panorama Ábalos responde con una sonrisa siniestra; “nada de nada, todo es falso”. Se huele el peligro, la presión de los interrogatorios y hay toque de alerta en el cuartel general de Sánchez; hay que salvar al soldado Ábalos, como sea preciso y en eso está ocupada la maquinaria del poder. La primera reacción; cuestionar la intención de jueces y magistrados, supuestamente en connivencia con la derecha y la ultraderecha A estas alturas de la corrupción todo este repertorio de exculpaciones burdas huele a viejo, gastado, apenas impresiona al público que asiste a esta trama con estupefacción.
En estas mismas fechas un peón significado en el escalafón de la fiscalía , podría estar fuera de juego. Se trata del chico de pelo ensortijado, gafitas redondas, carita de Harry Potter y sonrisa torcida, que según parece ha manejado un dedito sobre la pantalla del teléfono móvil para borrar datos de unas fechas muy comprometidas con la legalidad. Así que es posible que Ábalos no pueda ver favorecida su causa con ese fervor de abogado peleón y de provincias que ha mostrado hasta ahora Alvaro García Ortiz en el desempeño de sus funciones jurisdiccionales, (esto último suena a coña marinera). Y Sánchez, pura candidez e inocencia, asegura que desconocía los mensajes de “su equipo” a Juan Lobato sobre el novio de Ayuso desvelando datos blindados por ley sobre la privacidad. O sea que no conoce los manejos e intrigas de miembros de su equipo muy próximos a sus decisiones cuando actúan en beneficio de la causa y fuera de la Ley. A estas alturas de la montaña mágica de la corrupción la credibilidad de Sánchez cotiza muy baja. El Gobierno, sus socios parlamentarios y las tribus urbanas de izquierdas se muestran muy ofendidas por la labor de jueces y magistrados que instruyen causas penales a Ábalos, Koldo, Begoña Gómez, David Sánchez, Víctor de Aldama, Juan José Güemes, el empresario Barrabés, el rector de la Complutense y los que quedan aún por desfilar tirando del hilo de esa corrupción espesa infiltrada en los costillares del sistema. Como contrapunto a esta efervescencia grupal, el silencio de la derecha sobre la reciente condena de la Audiencia Provincial de Madrid a cinco años de prisión y una cuantiosa multa a Rodrigo Rato, ex presidente del Gobierno del PP. La Audiencia Provincial de Madrid que ha condenado a Rodrigo Rato, es la misma que hace meses avaló la legalidad de la instrucción del Juez Carlos Peinado sobre los manejos, presuntamente delictivos de Begoña Gómez sin encontrar motivación alguna que le impida continuar en esta causa .Queda manifiesta la imparcialidad de ese Tribunal, como ocurre en tantos otros Tribunales y juzgados cuyas decisiones vienen siendo avaladas por la legalidad
Acaba el año entre acusaciones realmente preocupantes que afectan a diversas áreas de poder. Es muy posible que el nuevo año traiga alguna sorpresa y se puedan esclarecer asuntos turbios que cuestionan la calidad de la democracia española. Será muy difícil soportar y menos aún asumir los escándalos que señalan el año 2024 como “summum corruptio “ de los últimos años de apariencia democrática. No habrá que perder la confianza en las instituciones del Estado que aun resisten la labor de zapa que las amenaza y las denigra día tras día incluso en sede parlamentaria. Pero no era esto, según sentenció Ortega y Gasset. No era esto porque el rumbo se torció cuando una clase política amamantada en las filas partidistas se ha adueñado de todos los resortes del poder y ha entrado a saco en las arcas públicas. No era esto cuando en diciembre de 1.978 celebrábamos un amanecer luminoso para el futuro de los españoles.
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