Javier Soriano Trujillo

Aduanas terrestres de Melilla y Ceuta

La tribuna

10365276 2025-01-11
Aduanas terrestres de Melilla y Ceuta

11 de enero 2025 - 03:08

Reciéntemente se ha publicado en los medios de comunicación que Marruecos acepta abrir una aduana de mínimos en las fronteras de Melilla y Ceuta, permitiendo el paso de solo un camión, sin remolque, en días laborables de 10.00 a 16.00 horas, en ambos sentidos y transportando determinadas mercancías.

Para llegar a esta situación nos tenemos que remontar a agosto de 2018, cuando Marruecos decidió cerrar unilateralmente la aduana comercial de Melilla, y a partir de octubre de ese mismo año, suspender el porteo de mercancías a través de la frontera de Ceuta (donde no había aduana comercial) y también en la de Melilla, quedando ambas fronteras cerradas totalmente en marzo de 2020 a consecuencia de la alerta sanitaria provocada por el COVID.

Esta situación es consecuencia de lo excepcional de las fronteras de nuestras ciudades de soberanía en el norte de África, donde no rige la normativa de la Unión Europea. Así, de acuerdo al artículo 4 del Reglamento 952/2013 que desarrolla el Código Aduanero de la Unión (CAU), dentro del territorio aduanero de la Unión está incluido el Reino de España, excepto Ceuta y Melilla. Esto implica que ambas ciudades quedan al margen de la zona aduanera única europea, no siéndoles de aplicación el Código Aduanero de la Unión, debiendo ser acordado entre ambas Naciones cuales deben ser los procedimientos de acceso a través de sus fronteras.

Para dar solución a esta situación, entre los temas abordados en la visita oficial llevada a cabo el 7 de abril de 2022 por nuestro Presidente a nuestro vecino del sur, a invitación del Rey marroquí, se incluyó este asunto de la apertura de las fronteras de Melilla y Ceuta, acordándose que “la plena normalización de la circulación de personas y de mercancías se restablecerá de manera ordenada, incluyendo los dispositivos apropiados de control aduanero y de personas a nivel terrestre y marítimo”. Conviene recordar que el primer punto de los temas abordados en esta visita hacía referencia a nuestro reconocimiento de la importancia de la cuestión del Sahara Occidental para nuestro vecino, cuyo cumplimiento por nuestra parte, ha dado lugar al giro de 180 grados en nuestra política respecto a nuestra antigua colonia. Pero en tanto a lo largo de la historia en nuestras relaciones con nuestros vecinos hemos pecado de excesivamente cándidos, en su caso, nuestros vecinos han demostrado un nulo grado de credibilidad, siendo evidentes por su parte los incumplimientos de los acuerdos adoptados.

En este caso, el llegar a un acuerdo aduanero que facilite la vida de los ciudadanos de ambas Naciones que residen a un lado u otro de la frontera, no tiene por qué implicar la renuncia a las pretensiones territoriales de una de las partes. Desde octubre de 2018, entre medias la visita de nuestro Presidente en 2022 con la declaración conjunta “Nueva etapa de cooperación entre España y Marruecos”, llevamos algo más de 6 años con las fronteras cerradas, y ahora la solución que nos impone el vecino sureño es el paso de un solo camión no articulado al día, en laborables, y en horas de oficina, lo que pone de manifiesto su nulo interés por llegar a un entendimiento satisfactorio para ambas partes.

Con el puerto de Nador (o Beni Enzar), cuyo dique exterior “encierra” al de Melilla, y el puerto de Tánger como centros logísticos en el Rif y Estrecho respectivamente, el ahogar económicamente a nuestras ciudades africanas es un objetivo factible a corto plazo, que además estamos “promocionando” nosotros mismos al consentir que ambos puertos marroquíes financien sus infraestructuras en buena parte a través de fondos gestionados por el Banco Europeo de Inversiones (BEI) y el Banco Europeo para la Reconstrucción y el Desarrollo (BERD), facilitando así mismo que el puerto de Tánger pueda superar en competitividad al de Algeciras. La cuestión de las fronteras de Melilla y Ceuta no es un asunto baladí, puesto que es un “peldaño” más en la pretensión marroquí sobre ambas ciudades, dentro de un plan con unos objetivos geoestratégicos de mucho mayor calado que nos afectan en el ámbito económico y de relaciones internacionales.

Por lo pronto, esta situación desde 2018 ha supuesto un cambio radical en la economía de nuestras ciudades africanas y en la vida diaria de sus ciudadanos, haciendo necesario reformular el modelo económico de futuro de ambas ciudades, incluyendo su integración en la Unión Aduanera, con las especificidades necesarias.

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