José María Martínez De Haro

Réquiem por la Constitución

La tribuna

09 de junio 2024 - 00:00

Ha sucedido sin pausas, la demolición del consenso democrático y constitucional de 1978 tuvo lugar en el Congreso de los Diputados el de mayo de 2024. Por voluntad de dos mercaderes; Pedro Sánchez ha pagado el precio de siete votos para continuar en el poder y Carles Puigdemont, fugado de la Justicia española ha conseguido la rendición del Estado de Derecho mediante una ley de amnistía redactada por el mismo que le borra todos su delitos y le permite regresar a España sin posibilidad de ser juzgado.

Sobre la ley de amnistía se han pronunciado ilustres juristas, catedráticos, magistrados, fiscales, abogados, un clamor social en las calles de pueblos y ciudades de España contra esa ley. No ha valido de nada, la voluntad inequívocamente ajena al interés público ha prevalecido sobre la razón jurídica y la razón de Estado. La votaron 120 diputados socialistas, rebaño lanar sin otra voluntad que medrar a costa del erario público. También los disputados de partidos de extrema izquierda, separatistas-golpistas, grupos filo terroristas, caterva enardecida contra la Constitución española, el Estado de Derecho y la igualdad de todos los españoles ante la Ley. Escuché los lamentos de Felipe González muy aplaudido en el programa el Hormiguero. Criticó con dureza las políticas del presidente del Gobierno, singularmente sobre la Ley de Amnistía. En mis años jóvenes tuve el privilegio de estar muy próximo a las reuniones previas a la Constitución de 1.978 cuando se tomaban decisiones sobre los acuerdos y renuncias de los partidos políticos para el necesario consenso que diera forma y sustancia a la constitución de 1.978 ahora derribada para beneficio personal de Pedro Sánchez. Grandes y generosos políticos en aquellas jornadas históricas. Las izquierdas reclamaron una Ley de Amnistía previa al orden constitucional y político que abriera una nueva etapa para poder caminar todos sin excepción por la senda de la nueva constitución en ciernes. Aquella Ley se aprobó el 14 de octubre 1.977 por nutrida mayoría, 296 votos a favor con el clamor y aplausos de los diputados emocionados por el memorable discurso de Marcelino Camacho(PCE). Dos años más tarde culminaría el reencuentro de aquellas dos Españas en la voluntad firme de los españoles que aprobaron con euforia con el 87,7% de los votos afirmativos el referéndum de la Constitución el 6 de diciembre de 1978. Recuerdo aquellas jornadas en Madrid, músicas y cantos, las calles abarrotadas, fuegos de artificio y cohetes La senda de la reconciliación quedó firmada por los partidos de todo el arco parlamentario.

Hay aspectos estrictamente jurídicos que enfrentan a Sánchez con juristas de reconocido prestigio que han analizado este asunto desde posiciones independientes y profesionales y han firmado libros y artículos e intervenciones en medios audiovisuales. Sánchez debiera saber que la opinión pública sin ataduras partidistas ni beneficios del gobierno es decididamente contraria a esta Ley incluidos prestigiosos dirigentes socialistas jubilados, dos presidentes autonómicos , alcaldes, concejales y votantes del PSOE. Y es así porque la ley de amnistía se enfrenta a valores y principios del Estado de Derecho y socava el sistema democrático y social que nos dimos en 1.978. Durante los últimos cinco años se percibe un grave deterioro del Estado de Derecho y del sistema parlamentario debido a un gobierno de coalición sostenido por apoyos muy contradictorios que fuerzan a tomar decisiones temerarias y contrarias al sentir popular como es el caso de la ley de amnistía, la reforma del código penal para aliviar las penas de políticos malversadores y la eliminación del delito de sedición en favor de políticos sediciosos y golpistas juzgados y condenados. Sánchez ha derribado los pilares donde se asentaba el orden constitucional, el consenso que hizo posible tantos años de prosperidad, de convivencia y libertades. En consecuencia se gobierna exclusivamente para satisfacer intereses personales o partidistas, levantado “un muro” que separa a los “otros” estigmatizados con tal repudio que les hiciera imposible la alternancia política. Manipulando voluntades y comprando apoyos se ha trazado una línea de continuidad y permanencia en el poder prácticamente imposible de alterar, modelo de autocracia tomado del Partido Revolucionario Institucional (PRI) que gobernó México durante noventa años, casi un siglo. Y del modelo Peronista que gobernó durante setenta y cinco años y arruinó Argentina. Para articular estas políticas autocráticas y excluyentes Sánchez ha necesitado comprar los votos filo terroristas y de los secesionistas-golpistas y los ha comprado. El gobierno ya no es de todos, no es el gobierno de la nación como lo sería en una democracia social y de derecho, sino el gobierno de una parte articulada sobre el rechazo a la otra parte. Las dos España que resucitó Rodríguez Zapatero ahora se hacen visibles por la radicalización de un gobierno claramente posicionado fuera de la constitución de 1.978. Sánchez desprecia todas las consideraciones ajustadas a las reglas de la democracia. En la democracia constitucional el poder político debe ser un poder limitado por los Organismos e instrumentos de control al gobierno; controles políticos, jurídicos, económicos y sociales. Sánchez ha ido colonizando y desprestigiando uno a uno todos esos controles con personas serviles afines a sus intereses que responden sin voluntad propia a favor de todas las iniciativas del gobierno, sus socios de coalición y de quienes le apoyan, por aberrantes que fueran. Dos apuntes necesarios para resumir este asunto; la amnistía es arbitraria porque su posible aplicación infringe el principio de igualdad de todos los ciudadanos. Y es también selectiva por cuanto obedece al beneficio exclusivo y personal de una minoría de la clase política; Pedro Sánchez y los condenados de Junts y de ERC, autores y cómplices del procés y de los graves delitos que le sucedieron. Esta ley se aparta de los principios declarados en los Derechos Humanos, no es justa y no es igualitaria. El Secretario General del PSOE enlodazado en casos de corrupción que afectan a su gobierno, a su entorno familiar y a su partido ha promovido una Ley de Amnistía que puede calificarse de auto amnistía por cuanto le mantiene en el poder y pone a su alcance los muchos resortes del Estado. Con esta infamia ha comprometido el valor de sus palabras cuando negaba con firmeza en sede parlamentaria la inconstitucionalidad de la amnistía a los condenados y fugados por el golpe de Estado en Cataluña. Cegado de ambición se ha lanzado al vacío apoyado por 177 votos frente a 172 votos contrarios a la amnistía, cinco votos separan la infamia de la dignidad; la mitad de españoles la rechazan, no hay consenso, hay beneficios personales y políticos, un mercadeo de la peor calaña ha desprestigiado a la Justicia española y ha abandonado el Estado a la voluntad de los golpistas. El presente y futuro de España trazado por los enemigos declarados de su integridad territorial.

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