José María Martínez De Haro

País de vencedores

La tribuna

16 de junio 2024 - 00:00

Aviso previo, no pretende este escrito situarse en el ámbito políticamente correcto como dictan los repartidores de etiquetas auto investidos de no se sabe qué autoridad.

Publicados los resultados oficiales de las elecciones al Parlamento de la UE, resulta que el PSOE ha perdido más de dos millones de votos, ha perdido un diputado, ha quedado como segundo partido a cuatro puntos del PP con una distancia de 700.000 votos a favor del PP. La consecuencia evidente; “el PSOE ha ganado las elecciones”. O al menos asi lo declaran sus portavoces y así lo perciben sus votantes por esa magia impregnada de irrealidad sectaria. En democracia ¿lo recuerdan? se pierde o se gana por un solo voto, el PSOE ha perdido dos millones de votos pero la candidata Teresa Ribera afirmaba entusiasmada que “era un magnífico resultado”. ¿Tanto esfuerzo supone al PSOE reconocer una derrota?. Por supuesto, aquí nadie pierde, este es un país de vencedores permanentes Ya sabemos lo que sabíamos antes de estos resultados, Sánchez no convocará elecciones generales ocurriera lo que ocurriera en las urnas, se agarrará menesteroso al último minuto de la legislatura, aunque haya de pasear el cadáver de Sumar e IU por tierras hispanas. Resulta innegable que Sumar ha desaparecido del mapa debido la suprema “habilidad” de una pretenciosa lugareña disfrazada de nueva rica. En este escenario de tristezas Yolanda Diaz nos ha entretenido con una comedia de humor para anunciar que dimite como coordinadora de Sumar pero atención al dato, se queda como Vicepresidenta del gobierno. Se va, pero se queda. Con esta muñeca de trapo pretende Sánchez consolidar el gobierno y continuar su aventura negándose a escuchar la voz de los españoles en unas elecciones generales. La respuesta de las izquierdas varias a esta derrota global del 9 de junio es una trampa dialéctica, el bloque de izquierdas mutantes y fuerzas afines han perdido estas las elecciones y el bloque centro-derecha y otras derechas radicales y ultras han ganado ampliamente en votos y escaños. Como consecuencia sería prudente analizar con mayor rigor el resultado global en Europa y sus posibles repercusiones. De estos resultados surge una novedad nunca antes contemplada, la presencia de fuerzas de derechas extremas que han surgido como consecuencia de la extendida presencia de fuerzas de extrema izquierda en Europa. Según un elemental principio de la democracia representativa, todas debieran tener su encaje en el amplio espectro que dice abarcar la UE, una organización que engloba a países y ciudadanos muy diversos. El equilibrio fundacional sigue aún vigente, la coalición de conservadores, centristas , izquierdas y liberales continuará con mayoría relativa en el Parlamento europeo. Pero resultará imposible ignorar los partidos que han obtenido resultados abrumadores en Francia, Italia, Alemania, Austria, Hungría, España, Dinamarca, etc. etc. Millones de electores europeos han ejercido su derecho por la única vía democrática para hacer visible sus protestas a través de los votos. Los dirigentes responsables de la UE habrían de percibir esta inequívoca señal de las urnas. La descalificación adjetivada y la estigmatización de millones de europeos no conduce a ninguna solución efectiva de los problemas que aquejan a la UE en su conjunto y algunos países de manera singular. Los problemas de aquellos años fundacionales de la UE en 1.958 fueron afrontados por mayorías constituidas alrededor de los partidos conservadores y los socialdemócratas. Pero la sociedad europea del siglo XXI se enfrenta nuevos y graves problemas, incluso a retos existenciales como las pandemias contendidas y otras que se anuncian unidos a otros que han dividido la opinión pública según países y los impactos de repercusiones negativas; la globalización, oleadas de inmigraciones masivas, el cambio climático, las nuevas tecnologías, la crisis energética , la inteligencia artificial, el ecologismo, el desempleo, el fenómeno de la okupación ilegal, el terrorismo, etc. Y todo ello en el contexto emocional y existencial de una guerra de invasión y exterminio en la propia Europa y otra en Oriente próximo. Las políticas de la UE y las respuestas y soluciones a estos evidentes y graves problemas se hacen insuficientes o desafortunadas para varios millones de votantes europeos que proponen otras políticas, otras respuestas y otras soluciones. La cuestión medular; ¿tienen derecho a estas propuestas? Algunas de carácter socio económico tendentes al proteccionismo de la agricultura, la ganadería, la pesca, el agroalimentario, el transporte, etc. Otras estrictamente sociales; preservar la cultura europea, las tradiciones, las lenguas, las creencias religiosas , la historia y las identidades que han hecho a Europa lo que Europa es y lo representa en el mundo. Y surgen nuevos partidos de la derecha radical o ultra derecha. A este respecto habrá que señalar también que en la UE conviven partidos de izquierda radical y extrema izquierda, sin ir más lejos en España y sin embargo las costuras de la democracia resisten incluyendo en el listado partidos con reciente pasado terrorista. No es cuestión de demagógicas soluciones populistas tan ligeramente extendidas en ámbitos políticos y medios de comunicación, la saturación de populismos se hace muy visible en los países miembros y en otros países del mundo. Europa es un conglomerado de países que responden a intereses muy diversos agrupados en torno a directrices de carácter económico, fiscal y normativas regulatorias, pero carece de una clara voluntad política, menos aún de defensa. No estuvo en el proyecto fundacional y continúa pendiente alguna propuesta unificadora cuando parece anunciada la retirada de EE UU como Gran Protector de los intereses y la defensa de la UE. Por ello habría de ser a través del dialogo de unos y otros intentando coordinar el mayor número de votos y voluntades para afrontar estos retos si de verdad la UE quiere representar a 448 millones de ciudadanos europeos de los 27 países miembros y otros próximos a integrarse en este espacio supra nacional. España, la cuarta economía de la UE atraviesa una crisis política que hace prever problemas y tensiones sociales. La amenaza más visible es la radicalización de los grupos parlamentarios, desafiantes y groseros que diariamente vulneran el principio de representatividad. Es la causa de la polarización de la sociedad ahora enfrentada en bloques irreconciliables por voluntad y planificación expresa del presidente del gobierno que se ufana de haber levantado un muro inexpugnable para separar a la mitad de ciudadanos y alejarlos de la alternancia política. La artimaña anti democrática trata de asegurar la permanencia en el poder a estas izquierdas agrupadas en la argamasa de ambiciones personales y la impunidad. Una cuña autocrática, populista y bolivariana dentro de la UE. cabe imaginar que los recientes resultados sirvan de atención a los dirigentes europeos si entendieron el propósito y el espíritu fundacional de la UE.

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