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El 25 de septiembre de 1513, hace ya 509 años, una expedición española al mando de Vasco Núñez de Balboa avistó un mar más allá del océano Atlántico, descubriendo para el mundo el Océano Pacífico, al que denominó "Mar del Sur" y que abrió una nueva ruta marítima comercial con Asia, llegando a constituirse posteriormente la ruta transoceánica conocida como "el galeón de Manila" gracias al "tornaviaje" hasta Méjico hallado por Fray Andrés de Urdaneta. Además, el descubrimiento del nuevo océano dio acceso a grandes recursos y riquezas hasta la fecha desconocidos y permitió a nuestra Nación alcanzar un gran dominio en este océano que se llegó a denominar como "El lago español".
En 1519, año de la muerte de Vasco Núñez, nuestro Rey Carlos I era proclamado Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico como Carlos V. Durante su reinado recogería el fruto del descubrimiento del nuevo Océano que se había producido al poco de su jura como Rey de Castilla. Por las costas de este Océano, Francisco Pizarro conquistó el imperio de los incas, formando el Virreinato del Perú, y Gonzalo Jiménez de Quesada se posesionó del pueblo de los chibcha, en la actual Colombia. Sebastián de Benalcázar y Francisco de Orellana partieron del reino de Quito en busca del mítico El Dorado. Benalcázar fundó en 1534 la ciudad de San Francisco de Quito, mientras que Orellana, tras fundar Guayaquil, se internó en la amazonia y descubrió el río amazonas. Juan Sebastián Elcano completó la primera vuelta al mundo, terminando así el viaje que había comenzado Fernando de Magallanes, y sentando las primeras bases de la soberanía española en Filipinas y las Marianas.
Volviendo a 1519, el 15 de agosto se fundó a orillas de este "Mar del Sur" la ciudad de Panamá, a donde se trasladaron los vecinos y el gobierno de Santa María la Antigua, ciudad fundada por Vasco Núñez en 1510 y que era la capital de la provincia autónoma de Castilla de Oro. En 1523 Francisco Hernández de Córdoba llevó a cabo una expedición de conquista de lo que sería Nicaragua, donde fundó las ciudades de Granada y León. Tras estos acontecimientos, la nueva capital de Castilla del Oro, la ciudad de Panamá, se convertía en el epicentro desde el que irradiaría el descubrimiento y conquista del continente, hasta entonces conocido como Tierra Firme, razón que hacía necesario mejorar la vía de comunicación que unía el Atlántico con el Pacífico, de cuya inmensidad ya se tenía una idea más cierta.
El año de la muerte de Balboa, a base de empedrar el terreno, se terminó de construir una vía de tránsito que unía los dos Océanos mediante un estrecho camino de poco más de metro y medio de ancho y unos ochenta kilómetros de largo que hizo posible el paso de personas y mercancías a lomos de caballerías. El trazado de esta vía, conocida como "Camino de Cruces", fue perfeccionándose, y en 1527 el rey Carlos I encargó que se buscara uno nuevo que atravesara el istmo de Panamá, para unir ambos mares, que se llamaría "Camino Real". El recorrido de ambos, que confluían, enlazaba la ciudad de Panamá, en el Pacífico, primero con Venta de Cruces mediante una ruta terrestre, para posteriormente navegar por el río Chagres hasta su desembocadura, cercana a Nombre de Dios, en el Atlántico.
La ruta fue tomando importancia en la medida en que progresaban los descubrimientos y conquistas. El tránsito implicaba contar con trenes de mulas conducidos por arrieros, remeros que impulsasen las embarcaciones, cargadores en cada una de las escalas, almacenes para guardar las mercaderías, personal que vigilase la ruta y la mantuviese limpia, y una red de ventas que permitiesen los relevos y los descansos. Ya es esa época, nuestro Rey Carlos I ordenó analizar la viabilidad de construir un canal navegable que uniese ambas orillas, proyecto que hubo de desecharse por imposible con los medios de la época.
Cuatrocientos años después de que Vasco Núñez de Balboa descubriese el nuevo Océano, se inauguró el actual canal de panamá, que ya vislumbrara nuestro Rey Carlos I, permitiendo que un barco, partiendo de la costa oriental de Estados unidos con dirección a Japón, ahorre 3.000 millas si pasa por Panamá en vez de por el cabo de Hornos, o que otro procedente de Ecuador ahorre 5.000 millas en su viaje a Europa utilizado la misma ruta. A estos hechos históricos tan relevantes en la historia de nuestra Nación son a los que debemos dedicar nuestra atención y no perder el tiempo enzarzándonos por la espada de un traidor (Bolívar) a su Rey.
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