2025, el año de franco

Según El año 2024 finaliza con dos hechos muy significativos de ámbito nacional desde mi punto de vista, el más importante la intolerable pérdida de las vidas de más de 200 compatriotas en el mayor desastre natural que hemos sufrido en décadas, sin que este hecho haya provocado una reacción en nuestra sociedad como debería haberse producido, y el otro hecho, el tufillo cada vez más intenso de las corruptelas políticas (presuntas) que se empiezan a cronificar en cuanto al uso del patrimonio público para fines personales. Dos hechos que van a seguir siendo titulares en los medios de comunicación en 2025.

Un nuevo año que nos depara efemérides importantes de nuestra historia militar, que es al fin y al cabo la historia de nuestra Nación, como, entre otras, el Quinto Centenario de la batalla de Pavía, cuyo origen se remonta a 1516 cuando fue coronado como Rey de España Carlos I, y en 1520 nombrado Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico, como Carlos V, lo que generó un conflicto con el Rey de Francia Francisco I, que también aspiraba a la corona imperial. Con el nombramiento de Carlos I como emperador, Francia quedó cercada por la monarquía hispánica al norte (Flandes), sur (península ibérica) y sureste (posesiones italianas), por lo que Francisco I intentó romper esta situación atacando nuestras posesiones en la península italiana. Y fue en Pavía donde tuvo lugar la batalla decisiva. En octubre de 1524, tropas francesas comandadas por su Rey se dirigieron a Pavía en persecución de nuestro Ejército, dando lugar el 24 de febrero de 1525 a la conocida batalla de Pavía, que constituye uno de los hechos más gloriosos de nuestra historia. En esta batalla nuestros Soldados, mal armados y mal abastecidos, pero decididos a todo y guiados por capitanes expertos, se enfrentaron a la que, por entonces, era la mejor caballería de Europa: la francesa. Nuestra infantería, más ágil y mejor adiestrada, con sus magníficos arcabuceros y piqueros, se impuso a la caballería francesa, cubiertos de hierro jinetes y caballos. En esta batalla, cayó prisionero el propio Rey de Francia a manos de uno de los Soldados de una unidad de Caballería conocida como la “Pequeña Armada de Pavía”, el Soldado D. Juan de Urbieta.

O el Primer Centenario del desembarco de Alhucemas, llevado a cabo el 8 de septiembre de 1925 por fuerzas de nuestro Ejército y Armada junto con un contingente aliado francés, contra los rebeldes rifeños mandados por Abd el Krim, en el marco de la guerra del Rif. Fue la primera vez en la historia en que operaron de forma simultánea y coordinada fuerzas de tierra, navales y aéreas de dos Naciones, la nuestra y Francia, bajo un solo mando unificado: el General Primo de Rivera. Este desembarco fue la llave para el apaciguamiento y el final de la guerra en el Rif, y acalló a los que decían que iba a ser un total fracaso tras los desembarcos fallidos de los aliados en Turquía en la Primera Guerra Mundial.

Y efemérides en clave política como el Cincuentenario de la Coronación de Su Alteza Real el Príncipe Juan Carlos como Rey de España, siendo este el origen y primer hito de nuestro actual Estado de Derecho. Un hecho trascendental en nuestra historia pero que nuestro mando político parece que no tiene intención de resaltar en 2025, dando prioridad al también Cincuentenario del fallecimiento en un hospital público y por causas naturales del General Franco, figura origen y fin de una dictadura de 36 años, resultado de la cuarta de las guerras civiles que han asolado nuestra Nación desde la pérdida de nuestros territorios de soberanía americanos a principios del siglo XIX. Una guerra en la que durante tres largos años dos bloques de fuerzas políticas se disputaron la conquista del poder en los campos de batalla. El resultado de esta guerra civil fue una dictadura militar asumida por la mayoría de nuestra sociedad, la misma sociedad que, llegado el fallecimiento del dictador, siguió los pasos marcados por su Rey en el camino hacia el establecimiento y consolidación de una democracia integrada en las occidentales. Una sociedad madura que, desde mi punto de vista, no necesita que le recuerden en 2025 el fallecimiento del General un día sí y otro también, que prefiere ver “el vaso medio lleno que medio vacío”. Convertir el año 2025 en el año de Franco, con actos institucionales día sí y día también, sólo puede ser consecuencia de mentes ancladas en el pasado, incapaces de avanzar y mirar al futuro.