Nuevo gobierno europeo

La Unión Europea, previsiblemente, contará con un nuevo gobierno el próximo 1 de diciembre. Reeditará su cargo como presidenta de la Comisión la alemana Ursula von der Leyen. El pacto entre los tres principales grupos de la Eurocámara, los conservadores, los socialdemócratas y los liberales, permitirá el refrendo parlamentario del nuevo equipo de comisarios, con la actual ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, como número 2 del Ejecutivo comunitario. Se pone fin así a una situación de bloqueo donde han jugado más las cuitas partidistas que el interés común de los Veintisiete. Era absurdo continuar con debates interesados en clave de política nacional cuando Europa se enfrenta a unos desafíos desconocidos en décadas. La guerra de Ucrania, destada por la invasión rusa, acaba de cumplir mil días. La autorización de Estados Unidos a Zelenski para el uso de misiles de largo alcance en territorio ruso introduce una nueva variante. La hipótesis de que la escalada derive en un conflicto nuclear no se aprecia tan lejana en algunos países de la UE próximos a la frontera. Pero, además, la llegada de Trump a la Casa Blanca el próximo 20 de enero puede suponer un giro de 180 grados en la geoestrategia y las políticas de defensa y comercial de Estados Unidos con la UE de posible víctima propiciatoria. Estos nuevos escenarios exigirán más unión y cooperación, razones por las que carecía de sentido la táctica de Núñez Feijóo de torpedear la designación de Ribera con el fin de sumar culpables del Gobierno central para equilibrar las negligencias del autonómico en la DANA de Valencia. Sánchez también recibe una lección. Respaldará en Bruselas a los comisarios propuestos por Italia y Hungría, donde gobiernan formaciones de ultraderecha. La UE, más que nunca, necesita ahora una Comisión fuerte y cohesionada.