La absurda polémica del transporte

Todos los indicios apuntan a que el Gobierno de la nación ha decidido endurecer el clima de confrontación con la Junta de Andalucía, dentro de una estrategia encaminada a desgastar la imagen del Gobierno que preside Juanma Moreno. En ese contexto hay que encuadrar al anuncio efectuado por el Ministerio de Transportes, que dirige Óscar Puente, de que retirarán las bonificaciones al transporte en la comunidad autónoma que iban a permitir la gratuidad de los viajes para los menores de 15 años a partir del próximo julio. El motivo esgrimido por el Ministerio es que en el anuncio de la medida que hizo la Junta de Andalucía, en un acto público de la consejera de Fomento, Rocío Díaz, en Granada, se ocultó que esa ayuda era sufragada por el Gobierno central. Dicho de otra forma, el ministro de Transportes está dispuesto a privar a los jóvenes andaluces de un beneficio que facilitaría sus desplazamientos por una cuestión exclusiva de celos políticos. Por disparatado que pueda parecer, este es el análisis que cabe hacer de una polémica que roza los límites de lo grotesco y en la que, una vez más, se ponen los intereses de partido por encima del bienestar de los ciudadanos. Es evidente que la Junta no ha estado muy fina al atribuirse en exclusiva el mérito de las ayudas al transporte. Pero una comunicación mínimamente fluida entre administraciones hubiera evitado que una circunstancia menor y perfectamente solucionable hubiera saltado a la opinión pública envuelta en el enfrentamiento. No es el primer caso ni será seguramente el último. A partir de ahora, con el desembarco en Andalucía de María Jesús Montero y la cercanía del final de la legislatura, es de prever que los choques entre el Gobierno central y la Junta se hagan todavía más frecuentes. Aunque sea con polémicas tan absurdas como la de las ayudas al transporte.