Zapatero, el gran cóndor andino

Todo El cóndor pasa por ser el ave voladora más grande del mundo. Su aspecto es imponente, aunque no tanto como el del águila real. Se alimenta de carroña y habita en los Andes, la cordillera más larga del mundo con sus 8.500 km que va desde la Tierra del Fuego hasta la parte occidental de Venezuela. Pero existe otro cóndor de la misma familia y género, oriundo de España, cuya especie es ZP. Si Vds. se fijan bien, Zapatero tiene ojos de pájaro y las cejas en ángulo en vez de arco, como es lo habitual, lo cual en principio no es malo ni criticable, es simplemente una realidad; últimamente se pasa gran parte del tiempo sobrevolando los Andes, aunque en sus correrías a veces llega hasta los países de Centroamérica. Está permanentemente oteando la zona, en busca de víctimas a punto de morir, para darles el zarpazo de gracia. Muchos españoles nos preguntamos por qué ZP se pasa tanto tiempo en Hispanoamérica, si él es español, concretamente nacido en Valladolid. Yo sé que algunos familiares, que son amigos míos lo detestan, incluso reniegan y se avergüenzan de él y dicen que su apellido pertenece a otra rama; otros callan porque los ha colocado en esos puestos de trabajo dónde no es obligatorio hacer acto de presencia; no conozco a ninguno que se sienta orgulloso del tito Pepe Luis.

Durante esos vuelos sobre los Andes se dedica a adoctrinar en el comunismo más rancio a esos países hermanos que tratan de salir de la miseria y la ignorancia, cuando no del hambre y Zapatero, haciendo uso de esa máquina que ha inventado Sánchez para producir fango, los hunde cada día más para que se ahoguen en su propia salsa. Y esos servicios que presta a los Maduros, naturalmente los cobra a un precio muy alto; pero qué más da, si en España sobra el dinero; por ejemplo desaparecen 680 millones de euros y a los responsables se les agasaja. Vuelvo a repetir: Spain is different

Zapatero sin duda es un gran pensador, el Albert Einstein no de nuestro tiempo, sino del futuro, un intelectual que va muy por delante de nuestra época y los humanos del siglo XXI no alcanzamos a comprenderlo. Con dos o tres frases de su cosecha queda perfectamente definido: “La tierra no pertenece a nadie, salvo al viento”. “El cambio climático causa más muertos que el terrorismo internacional” u “Otegui es un hombre de paz”. Este hombre debería estar en un manicomio o en la cárcel o para más seguridad para la humanidad en un manicomio dentro de la cárcel.

Zapatero es un personaje que se encuentra situado entre Gonzalo de Berceo, uno de los máximos representantes del mester de clerecía y Satanás, entre un ave (el cóndor) y un reptil (la víbora hispana) Con capucha en las primeras horas del ocaso bien podría pasar por u monje benedictino del Monasterio de Silos; ya por la noche podría ser confundido con un búho. Durante el día se dedica a pensar y meditar sobre el viento, el firmamento y el más allá del firmamento; la mayor parte del tiempo está recluido en solitario para no ser distraído. En Europa, siendo Presidente, pasó totalmente desapercibido, aislado y desconocido. Algunos líderes europeos aseguran que no pasó por allí. Pronto hemos olvidado que durante su mandato fue el gran adulador del Comandante Castro, como le gustaba llamarlo. El periodista Antonio Pérez Henares escribía hace unos días: “Zapatero es el valedor y la alfombra de una dictadura sanguinaria” la de Venezuela. Ahora sus amigos son los yihadistas de hamás, la nobleza comunista de Putin y por supuesto y por encima de todo el gran salvador de Venezuela: Maduro

Una gran duda ronda mi mente y es el saber quien marca las líneas de actuación en el tándem Sánchez-ZP o ZP-Sánchez, pero creo que entre ambos están construyendo un silo, no para almacenar el trigo ni otros cereales; tampoco se trata del célebre monasterio para recluirse el día de mañana. Se trata de un silo de hormigón y acero donde ir guardando maletas de billetes, lingotes de oro o paquetes de acciones de empresas solventes o escrituras de pozos petrolíferos, grandes plantaciones de cañas de azúcar o de cafetos, para que si el día de mañana las cosas vienen mal dadas, cual hormiga laboriosa, tener un modesto retiro. Hay que ser prevenido y tener un lugar seguro donde guardar las maletas de billetes. ¡Dios, qué buen vassallo! ¡si oviesse buen señor!