Los whatsapp, segunda parte

20 de mayo 2025 - 03:07

Ya le dediqué la semana pasada esta columna a los whatsapp del Presidente, pero en vista de que sus difusores siguen ofreciéndonos la novela por capítulos, hoy vuelvo al tema para analizar, bajo mi punto de vista, el desarrollo de la trama. Cada día aparecen en las páginas de un periódico de tirada nacional, unos mensajes entre Pedro Sánchez y José Luis Ábalos con el fin, supongo, de escandalizarnos. Mi primera observación es que me parece lógico que el presidente de un partido político tenga un contacto cotidiano con el secretario de organización de dicho partido. En cuanto al contenido de los mensajes, no aparece ni un detalle que traspase la línea de lo político y pueda comprometer a Pedro Sánchez por algo ajeno a la misión que le corresponde como presidente del Gobierno. Los mensajes que hacían referencia a la llamada al orden que habría que darles a ciertos barones del PSOE, para “que dejaran de tocar los cojones”, en principio fueron motivo de portada, pensando que serían un arma arrojadiza contra Pedro Sánchez. Pero teniendo en cuenta que se trata de una opinión que comparten la mayoría de los votantes socialistas y le pueden ocasionar más beneficios que perjuicios, los que alimentaban tales argumentos han pasado página y se han olvidado del asunto. De lo que hasta la fecha se ha publicado, hay tan poco a lo que recurrir para atacar al Presidente, que ahora sólo le acusan de haber llamado pájara a la ministra de Defensa Margarita Robles. Yo no tengo tan claro que llamar pájara a una ministra sea un descalificativo, o todo lo contrario. Llamar pájaro a una persona puede ser una ofensa o un elogio según de quien proceda y según las circunstancias. Si se trata de un sujeto refiriéndose a un rival que le ha ganado una partida, llamarle pájaro puede significar que ha utilizado malas artes para conseguir su propósito. Pero si un padre llama pájaro a un hijo que ha triunfado en la vida, nos está mostrando con orgullo el talento del muchacho. Basta con recurrir a la Real Academia para ratificar lo que acabo de exponer. De la palabra pájaro, entre otras, aparecen dos acepciones: “persona astuta y con pocos escrúpulos” y “persona que sobresale o es especialista en una materia, particularmente en política”. Si el presidente del Gobierno se refiere a una ministra en la que ha depositado toda su confianza, yo interpretaría que la considera persona que sobresale o es especialista en la materia que le asigna.

stats