Luis Ibáñez Luque

Que vuelva a interesarnos la verdad

03 de enero 2025 - 03:07

Este es mi deseo para el nuevo año 2025, ni más ni menos. Parece sencillo, pero a los hechos me remito. Un delincuente condenado en múltiples ocasiones es elegido presidente de la primera potencia mundial. Aquel partido que vota en contra de las ayudas más necesitadas en Valencia es el que más sube en intención de voto. Nos da igual que nos suban el salario mínimo, que suban las pensiones… a algunas personas se les venden argumentarios que repiten como loros. Da igual que estén masacrando una población entera a ojos de todo el mundo. Muchas personas siguen comprando el discurso de la «legítima defensa», desde la seguridad que otorga que su familia esté a miles de kilómetros del conflicto. Ahora «mola» Siria aunque los que gobiernan eran islamistas hace dos días. Da igual que se nos den versiones y más versiones de lo que hacía un presidente autonómico cuando desatendió sus obligaciones. Sus votantes van a seguir votándole. Da igual que ayer dijeran que no hablaban con delincuentes independentistas y hoy digan que sí, que se alían para beneficiar a los poderosos. Da igual que a un partido político le hayan archivado más de 20 querellas por falta de pruebas. Sigue siendo sospechoso para muchas personas.

A estas alturas de la columna, la mitad de los lectores se han marchado. Simplemente, porque lo expresado no coincide con lo que opinan. Así vamos. No nos interesa la verdad. Solo confirmar lo que pensamos.

La escuela no es una excepción, en este sentido. Vendehumos al servicio de grandes empresas. Supuestos expertos en cualquier otro campo que de repente dan lecciones sobre educación (previo talonario, casi siempre). Normativa que no tiene la más mínima decencia pedagógica ni se ha demostrado su eficiencia en ninguna parte. Una inspección convertida en comisarios políticos y tapando boquetes, haciendo creer y parecer que todo está bien… Papeles, papeles, papeles y más papeles inútiles pero maravillosos, que para eso el papel lo aguanta todo. La escuela sigue instalada en el «todo vale», que es igual que «nada vale».

La verdad, como sostenían en la antigua Grecia, debe tener siempre una parte de belleza y de bien. De lo contrario, no es relevante, no es útil, no aporta nada. Ojalá este 2025 sea el año en que empezamos a interesarnos de nuevo por la verdad. Y como decía Machado, «¿Tu verdad?, no, la verdad, y ven conmigo a buscarla, la tuya guárdatela».

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