Voluntarios: caridad y solidaridad

09 de julio 2024 - 03:09

La importancia de la figura del voluntario no solo permanece, sino que se potencia con un modelo que pasa por la profesionalización y mejora de las intervenciones, que a su vez contribuye a generar una sociedad más cohesionada y una ciudadanía más comprometida.

Mirando la realidad nacional, Manos Unidas, Cáritas, Cruz Roja, Banco de Alimentos y algunas más son históricamente, ante todo, organizaciones de personas voluntarias. Los beneficiarios directos de sus ayudas y sus familiares son quienes mejor conocen y valoran su trabajo, pero los beneficios van mucho más allá

Vaya por delante nuestra felicitación, agradecimiento y admiración a los casi tres millones de voluntarios, entre los que se encuentran personas de toda clase social, edad y condición, cuyos afanes deparan tantos beneficios y cuyo ejemplo sirve de guía a no pocos ciudadanos, y que siguen trabajando “por implantar una verdadera cultura de la solidaridad”.

Creo que, a menudo, se confunden los términos caridad y solidaridad. Llevamos practicando esta última desde que la convivencia entre seres humanos nos obligó a vivir sociedad. ¿Nuestro país se siente mejor que otros países, porqué? Porque sencillamente cuenta con una masa crítica de voluntariado que se siente interpelada por lo que pasa a su alrededor. Todos nos beneficiamos del esfuerzo, del trabajo, de todos. La sociedad resiste, a pesar de calamidades, de gobiernos nefastos, de personas enfermas que producen el mal, porque solidaridad, ya sea expresa (leyes) ya sea tácita (costumbres, cultura) se mantienen siempre vigentes. La caridad comprende y se manifiesta en todas aquellas actividades que redundan en el bien del prójimo con una característica general: nadie obliga a la caridad. La caridad nace de la misericordia: comprende el dolor, las necesidades del prójimo, etc. La caridad, al contrario de la solidaridad, obedece al criterio libérrimo de cada uno. Desde mi punto de vista el malentendido nace de que, en nuestra cultura, en nuestro devenir histórico, el monopolio de la caridad lo ha detentado, asumido o protagonizado la iglesia. Palabras como caridad o misericordia suenan a iglesia y sus ministros. A pesar de la experiencia de tantos siglos, la humanidad no termina de dar satisfacción a todas las necesidades. Y donde la solidaridad no llegue, se expanda la caridad hasta que las personas puedan llevar una vida digna.

stats