Antonio Lao
El silencio de los pueblos
Este sábado pasado, con gran expectación, Almería se vistió de cofrade y nazarena para acompañar a dolorosa bajo palio de María Santísima de los Ángeles en el traslado del regreso a su sede canónica desde la S. y A. Iglesia Catedral de la Encarnación donde ha recibido culto como colofón a la efeméride del XXV aniversario fundacional de esta cofradía penitencial de la tarde-noche del Domingo de Ramos almeriense.
La cruz alzada abría un cortejo de hermanos portando cirios que iluminaban el caminar de la Virgen de los Ángeles a los sones de la Banda de Música Santa Cecilia de Sorbas, con un seleccionado repertorio de marchas procesionales de corte clásico en las bodas de plata de la Cofradía de los Ángeles. Han sido días intensos de trabajo, prácticamente sin descanso, pero todo esfuerzo merece la pena porque sus hermanos están escribiendo con letras de oro una parte importante de su historia.
Aunque nos encontramos en pleno mes de octubre, el mes del Santo Rosario, como es tradicional a la llegada del mes de noviembre, las Vírgenes nazarenas y de gloria se visten de terciopelos, damascos, brocados o ropas de luto para conmemorar el mes de los fieles difuntos, luciendo las hermandades de Pasión sus vestimentas más fúnebres y las de Gloria de forma más sobria o con colores más oscuros, generalmente morados, con el fin de hacer presente a sus fieles difuntos.
Hay que tener presente, como patrimonio inmaterial de las corporaciones penitenciales, que las dolorosas de las cofradías pasionistas suelen adaptar a sus vestimentas los colores de la liturgia. Antes del concilio Vaticano II se podían usar más colores, cosa que los vestidores y camareras actualmente y con acierto cofrade siguen realizando en nuestros días verdaderas obras de arte en las bellísimas imágenes marianas. En la actualidad desde el concilio Vaticano II se usa el morado como color litúrgico, aunque el uso de ornamentos negros no se ha prohibido y se sigue utilizando este canon simbólico heredado de la tradición del arte barroco.
En definitiva, esta expresión de nuestras imágenes sagradas, arraigada en la piedad popular, que se está extendiendo de igual forma a las imágenes de Cristo, sumándose de esta manera a la festividad litúrgica que la Iglesia Católica celebra en los primeros días del mes de noviembre en los que, de manera especial, es una llamada para orar por los difuntos y de que su recuerdo siga presente entre nosotros. Paz y Bien.
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