El video del AVE y el ministro Puente

Cuando las cosas van bien es fácil ponerse medallas, sacar pecho y tratar de encontrar el máximo rendimiento al trabajo realizado. Me parece justo, coherente y hasta, si me apuran, necesario. Todo esto viene a cuento del video que el ministro de Tranportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente, ha compartido en redes en el que se pueden ver, a vista de pájaro, el avance de la Línea de Alta Velocidad (LAV) que un día nos debe unir con Murcia, así como otros tramos del llamado Corredor Mediterráneo. El trabajo, afirma, es “el mejor de una obra pública que se ha hecho en España”. Y no le falta razón. El trazado es uno de los más complejos de cuantas obras de este tipo se realizan en el país. A aquellos que les guste este tipo de creaciones saben de antemano que se van encontrar ante maquinaria de última generación, ingeniería de alto nivel y una obra megalítica, en la que el resultado final serán los trenes surcando vías para ponernos en Madrid en unas cuatro horas. Al igual que en su día fuí crítico con los intentos de “vendernos” que las obras avanzaban cuando no había en la práctica ni máquinas ni obreros, aunqu alguno desperdigado podías ver. No lo niego. Entiendo que en la actualidad el Gobierno se ha tomado verdaderamente en serio el trazado y la conexión de Almería con el mundo a través del tren de alta velocidad. El logro no es baladí. Cuando se inicie la conexión esta provincia habrá dejado atrás el abandono secular que nos acogota durante décadas, siempre a la cola de cualquier iniciativa y alejados de los centros de poder en los que se decide el futuro de esta tierra. Será entonces, y sólo entonces, cuando el salto cualitativo que Almería dará frente a su historia será gigantesco. Magnas proporciones e incalculables consecuencias en positivo para una provincia que siempre ha caminado sola; una provincia que ha alcanzado logros siempre fruto de su fuerza y empuje y nunca de la mano de aquellos que tienen el poder o la “varita mágica” de cambiar las cosas por coherencia, porque nos toca o, simplemente y no es poco, porque con alyudas el crecimiento y la capacidad de generar riqueza puede y debe multiplicarse de forma exponencial. Aunque al ministro se le pueda tachar de pretencioso o de sumarse al carro con vienen bien dadas, no hay que avanzar, creo, en aspectos negativos o propagandísticos, sino entenderlo como fruto del trabajo bien hecho, de la persistencia de aquellos que creen en las capacidades, altas, de esta tierra y, sobre todo por la obra ingente de la que hablamos. Ahora, con un crecimiento económico sostenido, pese a los nubarrones que llegan del otro lado del ocenano, es el momento de culminar los trabajos, de acelerarlos en lo posible, de cumplir los plazos marcados y, a partir de entonces, el señor ministro puede jugar a compartir videos y a jactarse del camino sin retornos del AVE que un día nos sacará del pasado para llegar al futuro.