Turismofobia

Se está creando una corriente de opinión en contra del turismo en las ciudades de España. Procede de una determinada idea social, la cual con razonamientos acertados, de acuerdo a la realidad impuesta, logra convencer a todo tipo de personas.

Se habla del encarecimiento de la vivienda, aumento de masificación en las calles, proliferación de locales de ocio molestos, cierres de comercios tradicionales, de oferta laboral, relacionada con una calidad productiva baja, mal remunerada. Encarecimiento de precios, así como una mayor cantidad de basuras y excesivo gasto de agua. También, que las grandes ciudades están convirtiendo sus centros históricos en un parque temático, sólo habitados por los turistas. Está surgiendo lo que llaman turismofobia.

Esta realidad se sustenta en otra más oculta, cuya presencia justifica los razonamientos de los turistáfobos. Ocurre que no existe un impulso de construcción de vivienda social, asequible a las economías más débiles, por parte de la Administración Pública. También es difícil habitar en los Centros de las ciudades, por la imposibilidad de utilizar vehículos de transporte, impedimentos y dificultades para realizar reformas y acondicionamientos de edificios antiguos, con muchas trabas burocráticas, aparte de la escasez de ayudas para acometer esas obras.

Anteriormente los cascos históricos estaban condenados a la ruina, o al deterioro, siendo en algunas ciudades zonas un tanto poco aconsejables de visitar. También ha influido la ley de vivienda, la cual pone difícil la desocupación de inquilinos morosos, si no, ocupas.

La disminución, o desaparición del turismo, ocasionaría cierre de locales comerciales de ocio, como también de grandes superficies y hoteles, suponiendo una ruina económica, despidos generalizados, y menor riqueza en los lugares más solicitados por los turistas.

El cierre de los locales de ocio, que no sólo están destinados a los visitantes foráneos, significaría una menor interrelación entre las personas, menos intercambios de ideas, de opiniones, produciéndose un mayor aislamiento social. Así mismo, la disminución del turismo produce un menor desplazamiento de las personas, no pudiendo observar cómo se vive fuera del propio entorno. En definitiva, la relación entre ciudadanos estaría restringida, siendo sus opiniones alimentadas principalmente por los medios de comunicación oficiales, aislados en sus ciudades. Sólo existirán los míos y los otros, enfrentados, recelosos entre sí, divididos. El control social será mayor, y la libertad personal cada vez más limitada.