¿Tres nuevos Ministerios?

No sé si a ustedes les pasa, pero cada vez que abro un periódico o veo un informativo parece la mismísima serie de Pablo Escobar. En el ámbito del narcotráfico no, pero en el soborno político podríamos decir que sí. Sobre todo cuando hablamos de la Fiscalía o del Tribunal Constitucional. Nunca en la historia de la democracia ha ocurrido algo así. Un fiscal general del Estado trabajando por y para Pedro Sánchez. Parecía un poco descarado cuando se decía pero, ya ven lo que ha ocurrido con la amnistía, y ya verán lo que seguirá apareciendo. Como es normal hoy en día, él mismo ha dicho que seguirá pase lo que pase y afirma que le da igual estar imputado por el caso del novio de Ayuso por obligar a publicar sus datos fiscales. De Álvaro García Ortiz sabíamos que podría pasar y mucha gente del sector lo conocía y lo iba anunciando. Lo que sí que es de traca es lo del Constitucional. Es impresionante lo que está pasando con los condenados como Magdalena Álvarez, Griñán o Chaves. Es decir, estamos hablando del mayor caso de corrupción con casi 700 millones de dinero público defraudado ¿Un TC al servicio del Gobierno? Podríamos responder que sí y más recordando lo que ocurrió el pasado 5 de junio cuando el presidente, en plena campaña, ponía de ejemplo a Álvarez sin que se supiese, públicamente, nada de que se iba exonerar su condena. Estamos entrando en un momento peligroso porque estamos hablando, o dar por supuesto, que las instituciones más importantes y primordiales, para que todo vaya bien en democracia, estén amañadas como si fuese un partido de patio de colegio. Lo que me hace reflexionar si Conde-Pumpido y García Ortiz llegarán a nivel del señor Tezanos. Un CIS que falla más que una escopeta de feria y que encima se justifica diciendo que él no se equivoca, sino que los ciudadanos no sabemos nada de sociología. Es que si esto sigue así podríamos decir que ya el Gobierno tiene tres ministros nuevos. Todo está más que pensado y lo de los ERE se convertirá en la nueva maquinaria de Moncloa. Es decir, dirán que la extrema derecha ha hecho que haya habido una condena injusta y que eso ahora no lo van a permitir con el caso de Begoña Gómez.