José Francisco García Sánchez

Las tres torres trillizas

La tribuna

18 de noviembre 2015 - 01:00

EESTOS días se cumple el 40 aniversario de la inauguración de las tres torres trillizas del Star-Building (1975) proyectadas por el arquitecto almeriense Fernando Cassinello Pérez y situadas en el Paseo Marítimo frente a ese Mar Mediterráneo que las justifica de suelo a techo. Se trata de un elegante proyecto de viviendas colectivas, orientada al turismo, formado por 66 apartamentos de dos dormitorios repartidos en tres esbeltas torres de 11 niveles apoyadas sobre un basamento y que, durante un tiempo, fueron el techo de la ciudad. Esta obra es el resultado de una atractiva investigación formal, con la firme voluntad de que la estructura y las huellas del proceso de la construcción se conviertan en la génesis y argumento del proceso creativo, ya que las plantas pares están giradas 45º respecto a las impares generando una planta con forma de estrella. De este modo, en la volumetría se consigue desmaterializar el perímetro ya que las terrazas se cobijan sobre los salientes. Esta inteligente operación, unida a que cada planta sólo acoge dos apartamentos por torre, subraya la sensación de esbeltez. Además, el Star-Building es un ejemplo de cómo, desde una densidad moderada, hubiera sido posible salvar el Paseo Marítimo, en ese tiempo donde la ausencia de normativas protectoras y la voracidad especulativa, empezaba ya a colmatar la costa. Se huye, por tanto, de un único volumen pesado que, por un lado ocultaría las vistas desde el interior del barrio hacia el mar -tal y como ocurre con la mayoría de los edificios que han ido colonizando el frente marítimo en el barrio de El Zapillo-; y, por otro, se consigue un carácter singular, construyendo menos volumen del autorizado, y articulando éste en tres torres independientes. Una de las lecciones que nos regala el arquitecto Fernando Cassinello en esta obra es la aceptación de la renuncia como una regla previa e ineludible para quien pretenda hoy proyectar y construir arquitectura. Retranquearse de los máximos y auto-imponerse unos márgenes nos reconcilia con la cortesía propia de quien sólo pretende especular con la calidad, haciendo del aire no construido un argumento proyectual. Construir menos y mejor es más sostenible.

Aunque en la actualidad el Zapillo se haya integrado en la ciudad, en los años 70 formaba parte de la nueva periferia de Almería: una capital de provincias también situada en la periferia de España. Por tanto, el compromiso estilístico que supondría construir en el centro -geográfico y cultural- queda totalmente liberado en esta obra que, por su situación exterior, permitía la exploración formal y valentía expresiva que en ella desarrolla el arquitecto Fernando Cassinello. Para muchos almerienses de la época, adquirir un apartamento en el Star-Building o en los vecinos apartamentos Playmar -también de Cassinello- les empujaba directamente hacia esa clase media tan deseada.

Conquistar las nubes, levantando un menhir, es un antiguo anhelo del hombre; y un mecanismo antropológico para advertir de nuestra presencia en el paisaje. La idea de erigir una atalaya que se convierta en símbolo de progreso, desarrollo y poder, está grabada a fuego en la piel de todo arquitecto. El Sur invita a disfrutar de la vida sin renunciar al placer de lo cotidiano: guarecerse a la sombra de una terraza, mirar el mar desde una atalaya -o de tres-, leer un libro con la suave brisa, o refrescarse en una alberca. La arquitectura de Cassinello, mediterránea como se ha comentado, ha sabido reconciliar el placer con la austeridad de una forma natural. Seguramente ahí resida la felicidad y el éxito -también la Arquitectura-: en tener la habilidad de multiplicar el placer con actos sencillos.

Fernando Cassinello certifica el final de la obra del Star-Building el 23 de julio de 1975. El colegio de Arquitectos sella el visado unos días después, el 19 de agosto de 1975: exactamente el mismo día que fallece en Madrid, de forma prematura e inesperada, a los 47 años de edad. Se trata, por tanto, de su última obra. No pretendía serlo -de hecho, dejó decenas de proyectos todavía por construir-. Desde luego, el autor no intentó depositar en el Star Building una lección definitiva. Todo lo contrario, las Tres Torres son el fruto del coraje y la intensidad que aplicaba en todos los proyectos, con independencia del cliente, presupuesto o localización. Lejos de la casualidad, el Star Building es un digno epílogo profesional que resume, punto por punto, toda su trayectoria. Es una obra que rezuma experiencia y traspira frescura.

Así son y ahí quedan las tres torres trillizas, como testigo silencioso del rumor de las olas y del silbido del viento. Y su presencia, todavía ahora que cumplen 40 años (1975-2015), puede considerarse como la obra de arquitectura más hermosa construida en todo el Paseo Marítimo de Almería. Además, son la huella triplicada de Fernando Cassinello Pérez: el arquitecto almeriense, de todos los tiempos, que más lejos ha llegado.

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