En tránsito
Eduardo Jordá
Parteaguas
La penúltima pajarraca con la que se está alimentando estos días la prensa y demás medios se basa en las maniobras de Feijóo para ocultar las responsabilidades de Mazón en las inundaciones de Valencia. Una de las herramientas que está usando para tal fin es la alianza con Manfred Weber, cada uno para sus intereses particulares: Feijóo ser presidente del Gobierno español cuanto antes, cueste lo que cueste y haya que negociar con el diablo; y Weber, para poder, más pronto que tarde, sustituir a Von der Leyen. A costa, si es necesario, de cargarse los difíciles equilibrios para conseguir un gobierno de la UE. Cambiando la política, vigente durante décadas, de parar a la extrema derecha, ahora no dudan en aliarse con ella. En esta ocasión se les ha colado un comisario ultra de Meloni. Ese equilibrio es dificilísimo de conseguir, porque generalmente estas alianzas favorecen a los más extremistas. La prueba es la bajada del PP en las recientes encuestas, que no han favorecido al PSOE sino a VOX.
Núñez Feijóo está empleando todas las armas (incluidos bulos) a su alcance para que en Europa crean que la culpa del desastre de Valencia ha sido de Teresa Ribera. La única culpable. Afirmando, además, que no se puede nombrar vicepresidenta de la Comisión Europa a una persona que próximamente puede tener problemas con la justicia española, cosa nada extraña viendo los antecedentes: que le pregunten Begoña Gómez. Está claro que no lo hace por salvar a Mazón, que está amortizado (es un cadáver político), sino por echar toda la mierda posible sobre Pedro Sánchez a quien odia sin disimulo alguno. Mucho presumir de España, mucha pulsera con la bandera patria, y luego pone a parir en Bruselas el sistema político de nuestro país “gobernado por un autócrata”. Para ello, se dedica a boicotear el nombramiento de una española como vicepresidenta de la Comisión Europea. Todos los informes, pruebas, etc. demuestran que los organismos técnicos dependientes del ministerio de Ribera enviaron cientos de avisos de que la DANA era muy peligrosa. ¡No importa! La verdad no es válida si incomoda al relato, y se diseña otra “verdad alternativa”, la cual están dispuestos a creer los forofos, y a difundir los medios afines y las bien engrasadas redes sociales. Es lo que conocemos como “trumpismo”, que tanto éxito ha tenido en Estados Unidos, de donde, como es sabido, nos vienen todas las “modas”.
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