
Equipo Alfredo
Tomatito de oro
La Universidad de Almería (UAL) ha otorgado su máximo galardón –Medalla de Oro- a José Fernández Torres “Tomatito”, lo que nos parece que engrandece tanto al que lo recibe como al que lo concede. Porque no ha habido en la historia de Almería un músico de ese nivel. Ni siquiera José Padilla alcanzó la excelencia artística ni el mismo reconocimiento internacional, a pesar de que los tuvo bastante. Máxime cuando tiene su domicilio permanente en Almería, a pesar de que le sería más cómodo y rentable vivir en Madrid, en Miami, en París o en Nueva York. Porque, además, por esos mundos de Dios es donde más trabaja. Y hasta podría tocar casi a diario si tuviera su centro de operaciones en sitio más “céntrico”. Pero él lo eligió desde muy joven: se volvió de Málaga, donde empezó su carrera y lo conoció Camarón, para vivir en su tierra de la que dice y repite por doquier que “Almería es lo mejor del mundo”. Aquí encontró también un apoyo que no todos tienen en su propia tierra, el de la peña El Taranto. A partir de entonces acompañó a casi todos los cantaores que venían a los aljibes: veteranos, jóvenes, figuras, debutantes, gitanos y payos. Su maestría para acompañar se reforzó con la práctica variada. Añadiendo, claro, su conocida capacidad de trabajo: practica (estudia, según expresión flamenca) no menos de ocho horas diarias. Como suele decir, en un día sin estudiar se pierde una semana de nivel de excelencia. El talento es innato, él lo posee en grado sumo, pero para expresarlo es necesaria una técnica sobrada.
Tenemos un artista excepcional entre nosotros y quizá no lo valoramos lo suficiente, seguramente por la familiaridad. Aunque la UAL sí lo ha hecho y otras varias instituciones también. Pero en el mundo flamenco sí es verdad que si fuera sevillano le habrían puesto una capilla en la iglesia de Santa Ana de Triana. Y es que los flamencos no sevillanos lo tienen más difícil, acordémonos de Enrique Morente, Mercé…incluso Paco de Lucía lo tuvo crudo: recordemos que entre los actos de la Expo’92 programaron un concierto de Paco de Lucía y Julio Iglesias y pusieron en los carteles el nombre de Paco más pequeño que el de Julio. Paco renunció “por la ofensa que suponía para el flamenco”. Por todas esas razones salimos el jueves contentos y emocionados del Auditorio de la UAL, por el reconocimiento al Tomate. Y por los minutos de excelsa música que nos regaló como remate del acto
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