El toma y daca

17 de enero 2024 - 00:00

Estos días asistimos a la situación cada vez más preocupante de las faltas de respeto entre los que pagamos de nuestro bolsillo. Imagino que sabrán que me refiero a la clase política. Estamos acostumbrados a ver los rifirrafes en el Congreso de los Diputados entre rivales de distinto color, pero ahora el combate se celebra también entre los del mismo bando. La verdad es que Sánchez lo tiene muy complicado con sus nuevos socios. Junts tiene cogida la sartén por el mango y el problema es que los ciudadanos, incluso también algún que otro cargo del PSOE, no sabemos nada de lo que hay detrás de lo que se firmó en Waterloo. El toma y daca es muy descarado, incluso público. Esta misma semana hemos escuchado al secretario general del partido de Puigdemont, Jordi Turull, asegurar que las competencias de migración serán para la Generalitat. Mientras, el presidente del Gobierno ha tenido que salir al paso negándolo y asegurando que la Constitución no lo permite. El principal problema es la mentira y que los documentos firmados y acordados tendrían que ser públicos y discutidos en la Cámara Baja. Esa es la democracia más sana. El resto de dimes y diretes acaban confundiendo al personal y es con los que los independentistas incluso han aprovechado para poner en ridículo a Pedro Sánchez trayendo a colación la hemeroteca más reciente sobre la ley de amnistía. ¿Ahora sí le importa lo que dice la Constitución, Señor Sánchez?, le han reprendido desde Junts y dan casi un ultimátum al Ejecutivo sobre el referéndum: “Si el Estado se niega, colorín colorado”. ¿Acabará realmente algún día esta matraca? No me quiero poner en la piel del jefe de prensa de Moncloa con las respuestas de los nuevos socios. Desde luego que ahora Presidencia tendrá que tener mas sesiones de maquillaje para taparle los colores al jefe, y ya sabemos que muy barato no sale. Eso sí, al menos los independentistas catalanes no se cortan y dan la cara pero veremos qué pasa con EH Bildu, porque aquí sí que no hay papeles de por medio. Luego no se sorprendan con lo que ocurrió en Pamplona. Miren, señores políticos, hagan lo que tengan que hacer pero no nos hagan perder el tiempo ni mareen la perdiz.

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