Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
Navidad
Quienes Mi buen amigo Juan, vecino de Pechina (a veces con desgana, que todo hay que decirlo), me manda un mensaje en el que se oyen los tiros que la otra noche gritaban en la oscuridad del pueblo. Estamos acostumbrados al sonido de los disparos en el cine, y les puedo asegurar que no suenan igual. O por lo menos así nos lo parecen a nosotros. Los tiros que sonaban en la noche de Pechina asustaban, metían miedo. Eran balas que buscaban cuerpos en los que impactar, personas a las que doblar en vida. Son dos familias, me dice, una de aquí del pueblo, la otra viene de la capital, y que, con esos tiros buscan hacerse con el poder del narco en el municipio. Hay miedo en la noche pechinera.
Los habitantes del Barrio San Cristóbal se quejan de la inseguridad en la que viven en su entorno. Los huevos sin alas, las piedras empujadas por la fuerza del hombre, vuelan sobre las cabezas de los vecinos. No es tan fiero el león de San Cristóbal, cierto, no se pueden comparar huevos y piedras contra balas, pero la inseguridad está ahí, y la pregunta sería: ¿Dónde los políticos se encuentran mientras los tiros retumban en la noche de Pechina, o los huevos y las piedras vuelan sobre las cabezas de hombres y mujeres en el barrio de San Cristóbal?
El personal no puede cambiar de piso con facilidad, Juan tiene invertido su capital en Pechina, los vecinos de San Cristóbal no pueden mudarse a un barrio más tranquilo. Tendrían que ser los cuerpos y fuerzas de seguridad los que dieran la necesaria tranquilidad a los habitantes de estas zonas. Estos ciudadanos, que pagan sus impuestos, que abonan sus tasas, precios públicos, Iva y demás historias creadas por los políticos, lo único que piden es más seguridad. Seguridad, puñetas, seguridad. No parecen entenderlo. No he leído al alcalde de Pechina levantar la voz ante los tiros. Tiene que ser un vecino el que levante la voz ante el miedo de los tiros que suenan en la noche, en medio de una oscuridad que impone el miedo ante el ruido de las pistolas.
Son dos ejemplos, pero los datos nos indican que la delincuencia ha aumentado más de un once por cien, lo que nos lleva a pensar que la seguridad ha bajado en ese mismo tanto por ciento en la provincia, en todos y cada uno de los ciento tres municipios de Almería. Hace unos días nos decían los políticos que se iba a aumentar el número de miembros de los cuerpos y seguridad del estado. ¿Saben ustedes si han llegado ya? ¿Para qué año lo harán? ¿Vienen en ese Ave por llegar algún año?
También te puede interesar
Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
Navidad
Sin complejos
La mentira histórica
Comunicación (Im)pertinente
Papá Noel robotizado
Equipo Alfredo
Urbanismo doloso