Tim Burton: de la desatención al estrellato

24 de agosto 2024 - 03:07

Tim Burton es uno de los más admirados directores que el cine ha dado en las últimas décadas. Su filmografía está repleta de éxitos a nivel crítico y comercial que le han valido para que su nombre figure con letras de oro en la historia mundial del séptimo arte. Sin embargo, su trayectoria no solo ha estado llena de luces, sino que también hubieron muchas sombras que lo rodearon durante buena parte de su vida y que claramente condicionaron sus emociones para acabar reflejándose en sus obras. Mañana cumplirá 66 años y le deseamos lo mejor, y con motivo de dicha fecha resulta de interesante hacer un repaso de su biografía tanto por lo bueno como por lo no tan bueno.

Burton tuvo una niñez peculiar marcada por la excentricidad de sus padres, con quienes no tuvo una relación demasiado cercana y que eran tan extravagantes que por alguna inexplicable razón tapiaron las ventanas de su cuarto para que no entrara la luz del sol en la habitación del pequeño Tim, desde su oscuro cuarto y a través del hueco de los tablones de madera puestos por sus progenitores el chico miraba a fuera inmerso en su dolorosa soledad, y es que posiblemente esta situación familiar fue la causante de que Tim Burton fuese un muchacho introvertido y solitario. “Nunca he encajado en la sociedad, me considero diferente”, dijo en una entrevista con Diario Sur.

Su soledad, su extrañeza, su amor por las películas fantásticas y de terror, así como sus distantes y excéntricos padres contribuyeron a que su imaginación se desarrollase hasta un nivel que sería fundamental para alcanzar el éxito cinematográfico que más adelante conseguiría. “Cuando veía películas de monstruos me sentía identificado con ellos porque la gente los concebía como raros y los daba de lado aunque no tuviesen maldad, eso convertía a la realidad de esa película en una representación de mi realidad. Me daban más miedo mis padres que los monstruos cuando era niño”, afirmó en El Hormiguero.

Su primer film La gran aventura de Pee-Wee fue dirigido por el interés que Burton tenía en el personaje principal, con el que se sintió identificado al leer el guion a causa de su carácter tan extraño como inocente, esta película triunfó en críticas y en recaudación, como también hizo la siguiente Beetlejuice, que a día de hoy sigue siendo considerada una grandísima obra del terror cómico. Burton impresionó con los éxitos de estos dos filmes por haber conseguido tan buenos resultados teniendo bajos presupuestos. Todo esto hizo que la Warner Bros le confiara la película Batman, la cual se convirtió en una de las más taquilleras que hasta ese momento se habían estrenado en todo el mundo.

Al año siguiente se estrenó Eduardo Manostijeras posiblemente la obra más personal de Tim Burton. El personaje principal, con tijeras por manos como bien señala el título, es un personaje de un dibujo que Burton hizo de niño, pues le encantaba dibujar y así representar personajes con los que se identificase. Eduardo Manostijeras reflejaba el sentimiento de apartamiento social y de incapacidad para amistades que marcaron la infancia y la adolescencia de Tim Burton. “Tenía la sensación de que las personas querían hacer que yo estuviera solo por alguna extraña razón que me era imposible conocer”, confesó con respecto al personaje. “Las tijeras de Eduardo simbolizan la gran dificultad que yo tenía para tocar de alguna manera, o sea para tocar emocionalmente a las personas de modo que pudiera conectar con ellas. Era como si los demás no quisieran que yo los tocase porque mis manos fuesen cortantes como tijeras”, explicó.

Más tarde llegó a los cines la película de dibujos animados Pesadilla antes de Navidad, este filme era de Disney y Tim Burton no pudo dirigirla por estar ya encargándose de la secuela de Batman con Warner Bros, pero sí la produjo y escribió un poema que supuso la base para el guion. Actualmente se la considera una joya de la animación y un símbolo de las celebraciones de Halloween.

Tras varios éxitos, unos años después llegó a la gran pantalla Big fish, un film que surgió por la necesidad que Burton tenía de reconciliarse con su padre que acababa de fallecer. La película nos muestra a su protagonista realizando un apasionante acercamiento final a su moribundo progenitor pese a lo distante que le fue.

Muchas más producciones ha llevado a cabo este excelente cineasta que nos ha emocionado tantísimo con sus historias. Pese a lo mal que lo pasó en su niñez por la escasa atención de sus padres y por el estigma social ha conseguido llegar a brillar en el mundo del cine. Precisamente, ese sufrimiento fue lo que logró que tuviese ese estilo y esa predilección por los personajes excéntricos e inadaptados que viven en una realidad paralela que los hace sentir libres como le sucedió a él de chaval. El ejemplo perfecto de cómo hay que aprender de las experiencias dolorosas y sacar algo bueno de ellas pese al gran daño que de primeras nos hicieron. Tim Burton ha conseguido hacer bello lo extraño, ha conseguido que lo oscuro brille y ha conseguido que lo marginal sea apasionadamente abrazado por la sociedad que inicialmente lo rechazó.

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