Singular huelga de Hambre

21 de julio 2024 - 03:13

En los últimos años no hemos vivido huelgas de hambre en nuestro país dignas de llamarse así. Hace tiempo que los sindicatos no andan por esos caminos, y nos hemos ido olvidando de las mismas. Es quizás por ello que haya sorprendido la que han estado llevando un grupo de memas en tierras aragonesas. Las anteriores huelga de hambre que se han vivido en España eran en defensa de la libertad, por los derechos de algún colectivo que estaban siendo pisoteados. Recuerdo algunas particulares de Paco Casero, exigiendo la libertad de algo o de alguien. Lo que nunca había vivido, y tengo algunos años, es una huelga de hambre para que les cambien a un colectivo los alimentos de cada día.

Hubo un tiempo en este país que comer pollo era cosa de ricos. La estadísticas decían que las familias españolas se comían dos pollos a la semana. Ya lo hubieran querido así todas las mencionadas. Se imaginan una huelga de hambre de aquellas familias exigiendo que querían comer pollo como mínimo dos veces a la semana como cantaban las consignas de los jefes de entonces. Cualquiera se atrevía a ponerse en huelga en aquellos años.

Hoy día no es la libertad lo que importa, hoy día vuelve el pollo a la actualidad en la vida de una parte de la sociedad española, esa que llegó en pateras, que mantenemos en hoteles y centros, que de ser un drama y una crisis humana, la estamos convirtiendo en un crisis política en las comunidades, donde se están levantando voces contra la construcción de centros para menas, y esa nueva sociedad defiende un derecho que nosotros no fuimos capaces de defender hace sesenta años: comer pollo todos los días. La huelga de hambre del colectivo migrante que se ha producido en tierras mañas ha logrado lo que se esperaba, ni un día estuvieron sin comer. No les gustaba la comida que le cocinaban los aragoneses, y tras unas horas de ayuno, el menú lo han hecho ellos mismos. Quieren comer arroz, pollo y cuscús. Pues nada, caballeros. Los españoles les cocinamos lo que a ustedes les apetezca comer. Que quieren arroz, en las variantes que ustedes elijan; que echan de menos el cuscús de su tierra, estará en su menú todas las veces que deseen cada semana para que se sientan como en su casa; que quieren comer pollo ¿cuántas veces a la semana se lo ponemos? Así se escribe la historia. Y nosotros los españoles no tuvimos arrestos para exigir comer el pollo que nos correspondía, cuando nos decían que tocábamos a dos por familia y semana.

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