Los sindicatos y el calor

Aveces los ilusos ciudadanos nos preguntamos el por qué los sindicatos, cuando gobierna el Psoe, no hace ni una manifestación. Recuerdo la que le hicieron a Felipe González. Un diputado almeriense votó a favor en el congreso a una moción por la mañana, y por la tarde se puso al frente de una manifestación de su sindicato, la Ugt, en contra de la medida aprobada unas horas antes en el parlamento. Desde aquella, no recuerdo ninguna otra importante, el sindicalismo de clase y el socialismo en el gobierno han mantenido la paz. Pero esa paz no ha sido solo contra los que mandan en Madrid, durante los años de Borbolla, Chaves, Griñán o Susana, los sindicatos no han movido bola contra sus políticas, ni siquiera la sanitaria, de la que ahora han hecho casus belli.

Siendo sincero, a veces creo que las movidas contra la actual sanidad del Pp y Moreno Bonilla tienen argumentos para que se hagan realidad, pero también las había en aquellos años del socialismo sevillano, y los sindicatos ¿dónde estaba entonces? ¿dónde las mareas blancas? En las calles a las mareas no se las veía. Debe ser que no se habían inventado aún. ¿Y por qué? se preguntaban los ilusos ciudadanos que creían con sinceridad en el trabajo a realizar por las organizaciones de los trabajadores.

A veces uno piensa que son cuestiones ideológicas, que son defensores de las mismas políticas, y eso no deja de ser coherente y digno de relatar. Al final nos vamos cayendo de guindo. Un día uno, al siguiente otro, pero acabamos sabiendo lo que realmente les importa a estos llamados sindicatos de clase.

En estos días la prensa ha recogido una noticia que afecta a los sindicatos de Almería: Se ha conocido que el gobierno de España, el dadivoso presidente Pedro Sánchez, el esposo de Begoña les ha dado a los sindicatos almerienses tres coma seis (3,6) millones de euros de nuestro dinero, del que saca de nuestros bolsillos con alevosía, para que arreglen sus sedes, pongan aire acondicionado (hace mucho calor en verano, y frío en invierno, y el socialismo español no puede permitir que sus compañeros de Almería pasen frío o calor, dependiendo de la estación del año).

Como lo del aire acondicionado no sonaba muy bien ante la opinión pública no comprada por ellos (los aparatos de aire son caros, costosos sus montajes y gastan electricidad por un tubo, con lo que cuesta desde que Sánchez es el presidente con más asesores del globo), el dinero va también para que limpien la fachada del edificio.Hay que reconocer que se lo montan bien entre el gobierno y su correa de transmisión. Que no es el aire, que es la fachada.