Opinión
Una doble alegría
A Vuelapluma
Mis recuerdos de Semana Santa van íntimamente ligados a los recuerdos que tengo de mi madre, q.e.p.d. Recuerdo el cariño con el que preparaba su meloso arroz con leche, sus extraordinarias talvinas, sus buñuelos de bacalao: aire frito, de ligeros que eran, así como otros platos típicos que convertían la vigilia en un goce.
De las procesiones, solamente he sido fiel asistente a la Procesión en que era costalero uno de mis hijos, mientras él lo fue, y a otra nocturna, mientras mi asquerosa salud de hierro me lo permitió en la que iba acompañado de dos mujeres.
Ahora bien, hay una retransmisión que procuro no perderme ningún año: la retransmisión por televisión del Vía Crucis del Papa. La RAI lo realiza con una maestría y transmite un sentimiento de auténtica Pasión. El entorno ayuda. Y no me quedo en la imagen.
Hasta aquí mis reflexiones sobre la Semana Santa. Así de intimista. Así me apetecía escribirlas. Gracias por leerlas.
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