
El Pingurucho
Adriana Valverde
¿Estamos seguros?
El Pingurucho
Hace unos días conocimos por el Diario de Almería que un grupo de 16 personas tuvo que ser evacuado de emergencia del interior de los Refugios, tras el incendio de un cuadro eléctrico. Se fue la luz y el humo comenzó a concentrarse en el interior de la galería. Al no funcionar los sistemas de alarma y ni los de comunicación con el interior del túnel, los visitantes estaban completamente ajenos al peligro.
Las turbinas de renovación de aire dejaron de funcionar, así que el riesgo de asfixia era más que una sospecha. Desde la recepción tuvo que salir corriendo otro guía por las calles de la ciudad para acceder por la salida de la Escuela de Arte, recorrer la galería a la inversa con una linterna hasta localizar al grupo y avisar que había que evacuar rápidamente.
Pues bien, al llegar a la salida de emergencia más próxima, alumbrados por sus móviles, descubrieron que estaba anulada debido a las obras del Paseo, lo que les obligó a buscar la siguiente, por la que consiguieron al fin salir, después de luchar contra las raíces de los árboles, síntoma de la falta de mantenimiento de esa salida y según las manifestaciones de un turista que lo vivió en primera persona.
Hace más de un año los concejales del PSOE denunciamos las numerosas deficiencias que presentaba este lugar, uno de los elementos de nuestro patrimonio que despierta mayor interés entre los visitantes. Y a día de hoy, sigue igual o peor porque el ascensor estuvo roto durante todo el verano, el único aseo que tiene, inutilizable, muchas de las bombillas siguen apagadas y la suciedad y la dejadez son notorias. Lo mismo ocurre en la Casa del Poeta, con los aseos rotos y la planta baja cerrada a las visitas debido a su mal estado, y en el Museo de la Guitarra, donde tampoco se puede ir a la baño y las deficiencias que presenta se cuentan por decenas.
Pero lo que nunca imaginamos es que también estos espacios presentan problemas de comprometen la seguridad de los visitantes. De poco sirve dedicar cantidades ingentes de dinero a marketing o a la obtención de sellos de calidad en el turismo, si luego el equipo de gobierno no hace su trabajo, garantizando las mínimas condiciones de seguridad, mantenimiento e higiene en los edificios municipales. La improvisación como norma, la dejadez como sello, la prepotencia como emblema. Esa es la forma de gobernar del PP en nuestra ciudad.
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