Luces y Razones
Antonio Montero Alcaide
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El “Sanchismo” es una expresión que utiliza la derecha para atacar a Pedro Sánchez, pero si analizamos el significado de dicho término, es una manera de reconocer su liderazgo en las filas del partido socialista. El liderazgo del que goza Pedro Sánchez en el PSOE, no lo tiene Alberto Núñez Feijoo en su propio partido, de la misma manera que nunca lo tuvo Pablo Casado. Eso obedece a la diferencia que existe entre ambos partidos a la hora de elegir. Pedro Sánchez se presentó a unas elecciones primarias sin el apoyo de los órganos de gobierno, fue elegido por el voto mayoritario de la militancia y su acceso a la Secretaría General del partido no hay quien la mueva. Quienes deciden en el PSOE no son los barandas que pretenden controlar el partido, sino los militantes de base, cuyo único interés consiste en votar al que consideran el mejor candidato. En las primarias celebradas en el PP, la militancia de base eligió por amplia mayoría a Soraya Sáez de Santamaria, que gozaba de cierto liderazgo, pero que no cuadraba con los intereses de los poderes fácticos del partido y, con absoluto desprecio a la militancia de base, colocaron a Pablo Casado, un candidato que les resultaba más fácil de controlar. Poco duró Pablo Casado en la presidencia del PP. El buen hombre tuvo el atrevimiento de poner en duda la conducta de un hermano de la señora Díaz Ayuso, y fue defenestrado por los mismos que lo colocaron, sin tener que dar explicaciones a la militancia. Nadie salió en su defensa, puesto que su liderazgo en las filas populares era nulo. Para sustituirlo, esos mandos orgánicos que llevan el control, se sacaron de la manga a Alberto Núñez Feijoo y le adjudicaron la presidencia del partido sin contar con la militancia. Si mañana corriese la misma suerte que su antecesor, no creo que se alzasen muchas voces populares reivindicando su permanencia. Alberto Núñez Feijoo es un presidente de quita y pon, que puede caer en desgracia y ser apartado del cargo. Pedro Sánchez ha sido elegido por la militancia socialista en unas elecciones primarias y su permanencia en la secretaría general no puede ser derribada por extraños poderes. Mientras que todavía hay tertulianos que se refieren a Núñez Feijoo llamándole Rajoy, nadie se equivoca cuando se refieren a Pedro Sánchez, de cuyo nombre se deriva la palabra “Sanchismo” que, en contra de lo que algunos pretenden, fortalece su liderazgo.
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