Antonio Lao
El silencio de los pueblos
Ya tenemos aquí los Presupuestos Generales del Estado para 2023. Unas cuentas que nos prometen 480 millones de euros para el AVE entre Almería y Murcia, pero que luego, cuando llega la hora del balance difícilmente se habrán invertido. No se trata de ser agorero y ni mucho menos un adivino de bola de cristal comprada en el chino de la esquina. Es una realidad constatable en los últimos ejercicios presupuestarios del actual Gobierno socialista y en los últimos coletazos del anterior. Al margen de los análisis de los políticos y sus ideologías, que dejo para que ellos nos bombardeen en las próximas semanas con una perorata tras otra, cual de ellas más instrumentalizada y de parte, lo cierto es que las cuentas del Gobierno para 2023, que la ministra Montero llevaba al Congreso el jueves, tienen la misma credibilidad para Almería que las de 2022 o las de 2021, por no seguir hacia atrás en el tiempo de este impasse y parón del proyecto, que lleva acompañándonos a los almerienses desde el año 2000.
Cierto es que cualquiera que vea el proyecto, ya sea en papel o en pendrive digital, puede pensar que el análisis inicial no es otro que el de la satisfacción por el compromiso del Ejecutivo con Almería, con nuestra obra más emblemática y más interminable. 480 millones de euros son muchos millones para desdeñarlos o tirarlos por tierra así, de un plumazo. No es mi intención. Reconozco, como no podía ser de otra manera, el esfuerzo permanente por tratar de agilizar y sacar del estío una obra tan necesaria como costosa, tan emblemática como reveses ha sufrido y tan cacareada como olvidada en el desarrollo de los trabajos.
2023 será un año electoral. Los almerienses, como el resto de los habitantes de este país, serán llamados a las urnas en dos ocasiones. La primera para renovar el poder municipal, los ayuntamientos, en unas municipales antesala de las generales de otoño. Todos los partidos se juega mucho en ambas citas. Pero si me apuran las municipales serán las que marquen el camino de las generales y esas llegan en mayo. De lo que aquí ocurra dependerá buena parte del futuro político del actual ejecutivo. Así pues a nadie debe extrañar que las cuentas de 2023 sean, sobre el papel, más que benévolas para los intereses de esta tierra.
La experiencia, los hechos, sin embargo, son tercos. Hasta el punto de que en el año en el que todavía vivimos se contabilizaron 251 millones de euros y no se han gastado nada más que un porcentaje pequeño. Y en 2021 la cifra alcanzó los 651 millones que los almerienses sólo hemos visto sobre el papel.
La realidad, siempre tozuda, nos dice que el grado de ejecución de las obras del AVE con Almería es muy pequeño, en torno al 34 %, según el Ejecutivo. Pero si te das una vuelta por las obras y recorres el trazado observas, para la decepción de los que aquí habitamos, que hay más de quimera y ganas que de realidad. De ahí mi permanente escepticismo.
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