Pues yo lo veo así
Esteban Requena Manzano
Tergiversaciones agrevivas
Me gustaría que alguien me lo explicara, si es que puede o quiere, la diferencia que se produce entre la capital y algunos pueblos a la hora de pagar el recibo de la basura. En la capital la recogida y limpieza les cuesta a los vecinos en torno a los ciento y veinte euros al año. Eso dicen por lo menos los datos que aparecen en el portal municipal de internet. Según otros precios de ciudades españolas el de la capital de Almería está un doce por ciento por encima de la media nacional.
Tengo delante un escrito del Consorcio del sector II de la provincia de Almería para la gestión de residuos. En él te cuentan que el gobierno ha creado un nuevo impuesto para el vertido de residuos, que va a suponer un aumento del 12,10%, es decir, 4,24 E cada dos meses. Este impuesto obliga, eso dicen ellos, a pasar el cobro del recibo a bimestral, cada dos meses.
En municipios como Bentarique, Alhabia, Alsodux y otros que están dentro del sector, con un porcentaje de personas mayores, la mayoría jubilados, el recibo que les llega cada dos meses es de treinta y nueve euros con 25 céntimos. Si los recibos son bimestrales, habrá que multiplicar por seis para saber lo que estos vecinos pagan por la recogida de sus basuras al año. ¡Qué vergüenza! o qué robo, habría que decir. No sé quién es el responsable del consorcio, director, o gerente, pero si no es político, alguien lo ha puesto ahí para sacarle el higadillo a los vecinos, y por Dios que lo hace con éxito para algún bolsillo.
La capital viene pagando anualmente unos cientos veinte euros, unos diez euros mensuales. Los que viven en Terque, Gádor y otros acogidos al Consorcio, a partir de septiembre de este año están pagando veinte cada mes, 39,25 euros cada dos meses. Si no es un robo, en comparación con lo que pagan los vecinos de la capital que alguien nos lo explique.
Los vecinos de estos municipios van a pagar en torno a doscientos cuarenta (240) euros al año, qué tiene cojones. Es evidente que alguien está haciendo un negocio redondo con el dichoso Consorcio, que algunos tienen montado un tinglado que los está haciendo de oro, y que en medio tiene que andar algún político. No se explica de otra manera que no haya habido huelgas de hambre de alcaldes y concejales, esos a los que se les llena la boca diciendo que están en el cargo para defender a los ciudadanos, pero que a la hora de la verdad no son capaces de levantar la voz contra el precio de la recogida de la basura del Consorcio.
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