Representación taurina

Las aficiones enraizadas tienen muchas maneras de presentarse y exteriorizarse. Este camión da buena muestra de ello, al ir decorado con la faena memorable de un maestro de la tauromaquia. De manera que así pueda contemplarse por cuantos viajeros adelanten el camión por las carreteras en que transite, o por quienes pasen cerca del vehículo de transporte aparcado. No debería, esta representación taurina, distraer la conducción, aunque quepa asimismo pensar en efectos no precisamente de distracción, sino de rechazo cuando se hace de lo antitaurino una posición más ideológica que animalista. Esto es, si, más que la defensa de los derechos de los animales -todavía más legítima si se acompaña de parecida o mayor defensa de los derechos de las personas-, interviene una repulsa al carácter de la tauromaquia como fiesta nacional. Nada hay que objetar a posicionamientos contrarios o distintos a los de cada cual, siempre que no afecten, precisamente, a los derechos fundamentales y no generen colisión por buscar el enfrentamiento. El animalismo, asimismo, también es relativo, pues no se recuerdan campañas contra la mortandad de langostinos cerca de las fiestas navideñas, salvo la frugalidad de los veganos, pero esa es otra cuestión. En fin, que, aun sin afición al toreo, puede salirse en su defensa por algunas de las razones de sus detractores.