
Abierto de Noche
Francisco Sánchez Collantes
Vecce Vinci
El horario de verano comienza el próximo domingo día 30 de marzo, la madrugada del sábado al domingo, por lo que los relojes deberán adelantarse un hora (a las 2:00 serán las 3:00 horas), en cumplimiento de la Directiva Comunitaria que rige el denominado Cambio de Hora y que afecta a todos los países miembros de la Unión Europea.
En nuestro país, el 30% de los trabajadores sigue en sus puestos de trabajo a las 7 de la tarde, cuando Europa ya se está preparando para cenar. Es más, el 10% de los empleados de varios sectores siguen trabajando a las 21:00 horas. España tiene el prime time televisivo a las 10 de la noche, dos horas más tarde que el resto de Europa, donde los comercios cierran en torno entre unos países a las 5 de la tarde y otros a las 19:00 horas. La mitad de los adolescentes españoles duermen menos de siete horas. Como podemos comprobar los horarios españoles no favorecen ni la productividad, ni la salud, ni la conciliación familiar, ni la vida personal que cada uno tenemos. No es una opinión más o menos documentada, sino una evidencia respaldada por la ciencia.
El Cambio de Hora comenzó a generalizarse, aunque de manera desigual, a partir de 1974, cuando se produjo la primera crisis del petróleo y algunos países decidieron adelantar sus relojes para poder aprovechar mejor la luz del sol y consumir así menos electricidad en iluminación.
Los cambios horarios soportan que las voces en contra son cada vez más frecuentes. Y justificadas. En el cambio de octubre 2024, la British Sleep Society, entre cuyos miembros hay expertos en neurociencias, fisiología, medicina y desordenes del sueño de las principales universidades británicas publicaron un análisis por el que abogan por la abolición de los cambios horarios que se producen dos veces al año y la restauración del horario estándar permanente (horario medio de Greenwich, el que tuvimos en España hasta 1940 que el dictador nos lo cambio por congraciarse con el otro dictador alemán).
Las secuelas del cambio de hora han sido profundamente estudiadas. Durante casi una década, científicos de la Universidad de Michigan analizaron más de 42.000 admisiones hospitalarias, con resultados muy negativos. Entre otras dolencias y patologías, también detectaron un aumento de episodios depresivos. La pregunta puede ser: ¿compensa todo lo que ocurre desde el punto de vista sanitario el ahorro energético? Más ahorro pero peor salud.
También te puede interesar