El relato

30 de enero 2025 - 03:07

Desde hace unos meses se viene hablando de que la izquierda viene perdiendo el relato, también se podría decir que alguna parte de la derecha ha logrado perder el miedo, superar cierto complejo ante la izquierda. Es complicado desde hace meses hablar serenamente con algunos de los que se llaman hoy en día: progresistas, incluso entre los familiares. Hasta ayer te callabas, te llamaban derechita cobarde, pero mantenías la paz. Hoy, debido a los relatos, los gestos y los silencios que está viviendo la izquierda española, esa supremacía se diluye entre las mentiras del presidente Pedro Sánchez, los gestos burdos, barriobajeros de la ministra María Jesús Montero, los ataques burdos del ministro Oscar Puente, los silencios bochornosos del que fuera gran juez, Marlaska, o los desplantes a la prensa, cuando no le gustan sus preguntas, del portavoz López, aquel que fue presidente vasco con los votos del Pp. Sin olvidar los enfados de Margarita Robles. Si a estos discursos, gestos, ataques, silencios y enfados, unimos los hechos y los nombres de Koldo, Ábalos, Torres, Begoña, Tito Berni y cía. ¿Dónde ponemos a Aldama? Es normal que el sanchismo esté demudado; con poder, pero sin convicción, con el dinero de todos españoles empujando hacía su orilla, pero perdiendo la razón de todos aquellos a los que no compran o no se venden.

Si los sanchistas han perdido el discurso, qué me pueden contar ustedes de los señores de Galapagar y sus leyes. Los Errejones de turno y sus contradicciones sexuales, las largas charlas de doña Yolanda Díaz explicando nunca se sabe el qué. Con este panorama parece evidente que esta país, llamado España, aunque a muchos no les guste, tiene que darse una vuelta por otras políticas más comunes, más cercanas a la razón y lo razonable. El problema sería saber dónde va a encontrar esa política más común.

Tenemos el ejemplo que nos dio Rajoy, otro Montero, y sus satélites, y la verdad, nos frieron a impuestos y asumieron y mantuvieron el relato de la izquierda con todas las leyes que Zp había instaurado. Si nos venimos a Andalucía, Moreno Bonillo, discípulo de aquella mujer que se dejó el bolso en su escaño del congreso, lleva unos cuantos años en el mando, y dicen que la macroeconomía va viento en popa, pero la micro no llega a los ciudadanos, tampoco a los pueblos, y para colmo, anda como Rajoy, sin quitar ninguna de las leyes que hizo el Psoe y que han sido, algunas, las culpables de unos pueblos y unas familias condenadas a abandonar sus tierras y su gente.

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