El refugio de Alborán

21 de septiembre 2024 - 03:07

Además de las ciudades de Ceuta y Melilla, nuestra soberanía en el norte de África se extiende a unas islas y peñones en la proximidad de la costa marroquí. Estas son las islas Chafarinas, el Peñón de Vélez de la Gomera, las islas Alhucemas y la isla Perejil. Entre estas Islas y Peñones no se incluye la Isla de Alborán, puesto que pertenece administrativamente al municipio de Almería por una Real Orden de 1884. Esta Isla se encuentra a 39 millas náuticas de Melilla y a 48 de Adra, con 600 metros de longitud, 270 de anchura máxima y una altura máxima de 14 m sobre el nivel del mar. A unos cien metros en dirección nordeste de esta Isla, se encuentra el islote denominado “la Nube”.

De origen volcánico, ya aparecía en antiguas cartas de navegación como punto estratégico, fondeadero, zona de descanso y encrucijada de vías comerciales entre los dos continentes americano y europeo, tanto desde el Atlántico como del Mediterráneo. Su importancia no evita el problema generado por sus bajíos, lo que la ha convertido a lo largo de la historia en un área de naufragios. Igualmente ha sido escenario de batallas navales como la de 1540, que enfrentó a nuestras galeras reales con corsarios turcos y berberiscos. Como refugio de piratas, corsarios y contrabandistas, destaca el legendario corsario tunecino conocido como Al-Borani, origen posiblemente del nombre de la isla y el mar que la rodea.

Es de nuestra soberanía desde la victoria frente a tucos y berberiscos en la ya citada batalla naval de 1540. En la isla hay un faro, cuya construcción data de 1869, y un cementerio. No siempre ha estado habitada, lo que ha dado lugar a conflictos internacionales por su situación geoestratégica. Ya en el siglo XVII Francia trató de ocuparla; en 1967 se detectaron preocupantes movimientos en torno a la isla de buques de la Armada de la Unión Soviética, llegando incluso a desembarcar algunos efectivos; entre 1973 y 1974 fue escenario de momentos de gran tensión con patrulleras marroquíes hostigando a pesqueros españoles en unas aguas aún hoy sin delimitar. Desde 1997, hay un destacamento permanente de nuestra Armada con algo más de una decena de efectivos que se alojan en el edificio del faro y que son relevados periódicamente.

Por su importancia desde el punto de vista de la Seguridad y Defensa Nacional, el Ministerio de Defensa, por Orden 171/1999 señaló la zona de seguridad de la “instalación militar Isla de Alborán”. A los efectos prevenidos en el Reglamento de Zonas e Instalaciones de Interés para la Defensa Nacional, se considera incluida en el grupo primero la instalación militar de la isla de Alborán, en el Mar de Alborán. La zona de seguridad incluye a toda la Isla y el islote adyacente.

Así mismo, desde el punto de vista medioambiental, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación estableció en su día una reserva marina y una reserva de pesca en el entorno de la Isla, en tanto la Junta de Andalucía la declaró Paraje Natural por la Ley 3/2003, que establece su régimen de protección, determinando el régimen jurídico y de prevención ambiental, así como las líneas de actuación para la conservación de los recursos naturales y la regulación de las actividades que se pueden realizar en el territorio protegido. También tiene competencias el Ministerio de Transporte y Movilidad Sostenible en cuanto al Faro y el embarcadero.

Pues bien, a pesar de la importancia geoestratégica y medioambiental, con la convergencia de esfuerzos de los citados Ministerios y Comunidad Autónoma, ahora hay que sumarle el Ministerio del Interior en cuanto a la situación de los inmigrantes ilegales (ilegal: sinónimo de irregular) que empiezan a arribar a esta Isla, origen de la reciente orden de construcción por parte de Defensa de un refugio temporal para dar respuesta a emergencias (llegada de pateras con inmigrantes) y situaciones imprevistas derivadas del tráfico marítimo. Llegar desde la costa africana a una Isla que es territorio nacional y que se encuentra a menos de 40 millas náuticas, es más rentable que las 90 a nuestra costa peninsular, ya que el resto del “trayecto” de la isla a la península lo pagaríamos los ciudadanos; sin entrar en la nueva misión que tendrá que asumir el destacamento militar, de control de estos inmigrantes ilegales, sin ser agentes de la autoridad (policía). Escabrosa situación que se le puede plantear al Oficial al mando, aunque es de suponer ya esté prevista por Defensa.

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