
La Cuarta Pared
José Moreno
Olor a coche nuevo
La leja
En el Foro Mujer Sociedad de Sevilla, dentro de los “Encuentros” que se organizan mensualmente, se ha presentado una charla coloquio titulada El Patrimonio a Examen. Esto me ha inspirado a reflexionar sobre la relación entre Mujer y Patrimonio, dos conceptos profundamente conectados, y la necesidad de la presencia activa de la mujer en este ámbito.
La gestión del patrimonio ha evolucionado significativamente en los últimos años. Ha pasado de ser un testimonio estático y distante a convertirse en un espacio de diálogo, emoción y conexión. El patrimonio nos invita a redescubrir nuestras raíces y reinterpretarlas desde un enfoque humano, donde cada individuo y comunidad tiene un lugar valioso en el mosaico de la historia compartida. Hoy lo entendemos no solo como un legado del pasado, sino como una fuente viva que da sentido, identidad y pertenencia en el presente.
En el Foro Mujer Sociedad sostenemos que la mujer es el motor de cambio que la sociedad necesita, también en el ámbito del patrimonio. Históricamente, las mujeres han sido transmisoras de valores, defensoras de tradiciones y guardianas de raíces culturales. Este papel, tan esencial como transformador, conecta a la mujer con el patrimonio como una fuerza capaz de enlazar el pasado con el futuro.
El patrimonio cultural, con su riqueza de tradiciones, arte y memoria colectiva, es mucho más que un testimonio de tiempos pasados. Es una herramienta para construir el futuro. Las mujeres, con su capacidad de transformar realidades desde la raíz, están en una posición única para liderar este proceso. Al involucrarse en la protección del patrimonio, no solo preservan el pasado, sino que promueven una transformación social desde una perspectiva integradora y visionaria.
Mediante iniciativas educativas, culturales y comunitarias, las mujeres pueden liderar un cambio que convierta el patrimonio en una herramienta para fomentar la cohesión social, el sentido de pertenencia y el respeto por nuestras raíces comunes. Este liderazgo no solo transforma el presente, sino que proyecta un legado que inspira y guía a las generaciones futuras.
Cuidar el patrimonio y entender no solo su forma sino también su significado es cuidar de nuestra esencia como sociedad. Cuando se conoce y valora, crea vínculos que fortalecen nuestra conexión con él y entre nosotros. Al integrarlo en nuestras vidas, se convierte en un recurso enriquecedor y en una herramienta poderosa para el crecimiento individual y el progreso colectivo. Las mujeres, como motor de cambio, tienen la capacidad de transformar el patrimonio en un puente hacia un futuro más consciente y comprometido.
También te puede interesar