Racistas, sin matices

25 de julio 2024 - 03:08

Dice Teresa Freixas en un reciente artículo que el “mundo es cada vez más complicado”. Es un artículo muy interesante sobre emigrantes y países de acogida. Esa frase tiene los tintes de una especie de revelación por la importancia que le concede en el contexto de su artículo. Es posible que para muchos no deje de ser una afirmación más que sabida y que para ese viaje no hacen falta alforjas.

No estoy yo muy seguro, sin embargo, porque cuando la mayoría de las personas ofrecen soluciones a muchos problemas, sus propuestas no dejan de ser de un simplismo absoluto. En su artículo se refiere a la situación internacional sobre el asunto de los emigrantes, y pone de manifiesto los múltiples aspectos que entran en juego, y que dificultan una solución satisfactoria.

En nuestro país, en concreto, no parece tenerse en cuenta la complejidad del problema y las posturas que están manteniendo sobre todo los partidos de la oposición no dejan de ser reveladores. Su reticencia, quizá mejor su negativa, a hacer frente a la situación de los menores que han arribado a las islas Canarias es pasmosa, escudándose en las excusas más peregrinas.

Se dicen solidarios, se dicen defensores de unos derechos que yo también comparto. Yo también quiero sentirme seguro cuando salgo a la calle, qué duda cabe; también se muestran defensores de la seguridad de las mujeres (¿por qué exactamente de las mujeres, señor Feijóo?) y yo me sumo.

¿Quién puede dudar de querer tener seguridad en la propia casa? Comparto con ciertos matices esa parte de su discurso. Sin embargo no dudo de tacharlo en su totalidad como miserable por el contexto en el que aparece. Se trata de un ejemplo de la más burda sofistería: culpar sin nombrar, señalar sin mover el dedo.

Hablar del ideal de defender esos derechos en el contexto de negarse a participar en aliviar la situación de tantos menores que están ahora como “almacenados” en las islas es señalarlos como los causantes de poner en peligro esos derechos defendidos con tanto énfasis y por tanto hay que tener mucho cuidado en “recibir” a esos menores.

Mucho me temo que detrás de todo ese discurso hay un prejuicio, una falsa imagen de aquellos menores: Tienen in mente que todos son unos adolescentes marroquíes delincuentes en potencia y hay que cerrarles la puerta. Si eso es lo que piensan sus prejuicios son netamente xenófobos, racistas y hay que ponerlo de manifiesto.

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