Pues yo lo veo así
Esteban Requena Manzano
Tergiversaciones agrevivas
Escuchado en una televisión nacional y generalista: En estos momentos existe en nuestro país un “racismo inmobiliario”. Si ustedes no están de acuerdo con la ocupación y la crítica, está usted haciendo “racismo inmobiliario”. Como sigamos así, algunos le estamos haciendo “racismo al gobierno”, los del Pp hacen “racismo socialista”, los del Psoe “racismo al liberalismo y a las derechas”. Entiendo que cuando desde aquí critico a la mesa del tren, por poner un ejemplo, estoy haciendo “racismo a la lucha por el tren”. Lleguen ustedes a los altos cielos. Si critica usted al Papa Francisco, está siendo “racista a la voz de Dios en la tierra”. No acabaríamos nunca, los tontos se reproducen en España como la mala hierba (ya estoy siendo racista a las malas hierbas, con lo poco que las cuidamos a las pobres mías). Si no me gusta la coliflor, y la critico por su olor y su sabor, la coliflor podrá decir, y lo mismo tiene razón: que soy un racista vegano.
Estuve el otro día tomando una copa con Carmen, amiga desde hace muchos años y con ciertos conocimientos en esto de la política, no el balde estuvo algunos años dentro de ella. Se compró un dúplex en un pueblo del medio Andarax. Estaba ilusionada la mujer con pasar los allí los domingos con la familia, la paella semanal (asegura que le salen muy buenas, tendremos reto), el rato de conversación y las copas de vino, que en esos días y en buena compañía sientan mejor. No llegó a poder hacerlo. ¿Y por qué? Estaba en el trámite de contratar luz y agua, menos mal que no llegó a firmar, ahora no solo tendría que seguir pagando la hipoteca al banco, tendría que pagar también la luz, el agua, el alcantarillado y la recogida de residuos. Menos mal que se lo está pagando a los ocupas. Un sábado apareció con algunas cosas que había comprado con ilusión para su casa, y se la encontró, ¿cómo se la encontró?: Ocupada. Okupada, con k.
Se ha tenido que buscar y pagar un abogado de su bolsillo, los okupas tienen abogado que pagamos el resto de los ciudadanos con nuestros impuestos. ¡Vivan los derechos de los okupas! A los propietarios como Carmen que les den y que se paguen el abogado, que para eso tienen dinero. Ella nunca me dijo que fuera racista, y a lo largo de los años que la conozco nunca he tenido a impresión de que lo fuera. Pero en esa televisión generalista, en otros medios de comunicación y hasta en algunos salones de plenos, a los que tienen sus pisos o viviendas ocupadas nos los quieren vender como que son unos “racistas inmobiliarios”.
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