Sin química es imposible el progreso

Pienso que los químicos tenemos una visión muy panorámica de la Ciencia, pues necesitamos de herramientas varias tanto en nuestra formación, como en muchas ocasiones, en nuestro trabajo posterior.

Quizás por esas razones, no sólo no me ha extrañado recibir una nota de prensa como la que acaba de publicar el Consejo General de Colegios Oficiales de Químicos de España, expresando su “preocupación ante los recientes informes internacionales (como TIMSS, PISA y OCDE) que revelan carencias significativas y un serio retroceso en la formación de nuestros estudiantes en Matemáticas y Ciencias Experimentales”, es que la deseaba y la esperaba.

Aunque los titulados españoles en Ciencias son reconocidos por su calidad, si no queremos tener problemas en un futuro que nos está pisando los talones, es imperativo abordar las debilidades existentes en el sistema educativo preuniversitario, para lo cual demandan un diálogo constructivo y colaborativo, con objeto de fortalecer la educación científica, adoptando métodos pedagógicos que prioricen la experimentación, el pensamiento crítico y la resolución de problemas, sin olvidar el ejercicio de la memorización cuando sea necesaria.

Asímismo, queremos erradicar la estigmatización del suspenso, ya que un suspenso solamente implica que no se ha alcanzado el nivel adecuado y que es necesario esforzarse más para alcanzar el aprobado. De hecho, lo que condena a un alumno es aprobarlo careciendo de los suficientes conocimientos porque no alcanzará el nivel requerido en un mundo cada vez más competitivo.

Valorar el conocimiento científico e invertir en la formación del profesorado, y fomentar la colaboración entre instituciones educativas, universidades, centros de investigación, empresas tecnológicas y sociedad civil para divulgar la cultura científica y generar el mejor ambiente para la aparición de más vocaciones científicas en la juventud.

Por todo ello, el Consejo General hace un llamamiento a todos los agentes sociales, a las instituciones educativas, académicas y culturales, así como a partidos políticos, Comunidades Autónomas, Ministerio de Educación y Presidencia del Gobierno, para trabajar juntos en la construcción de una educación científica de excelencia. La formación de nuestros jóvenes es la mejor inversión para garantizar una sociedad más desarrollada, próspera e innovadora.