Quijotes y Sanchos

En El Quijote recogió Cervantes la filosofía popular que sostiene la cultura española. Mitos, aspiraciones, contradicciones, desengaños y fracasos, espejismos y realidades psicológicas, se entremezclan en las aventuras del Caballero de la Triste Figura, describiendo la España de su época, de forma real, con crudeza a veces. El escritor sólo se limitó a reflejar esa sociedad a través de sus personajes. Es este libro un tratado de cultura popular, cuyo contenido cambia de forma en la expresión, pero la sustancia de su esencia permanece en el tiempo.

Expresa muy bien don Miguel las figuras arquetípicas que definen el carácter español, escenificadas en las figuras de don Alonso Quijano y Sancho Panza, su fiel escudero.

Ambos representan los dos rasgos siempre presentes entre nuestros compatriotas, apareciendo unas veces más o menos en su estado de pureza, y casi en la mayoría de los casos en una combinación desigual.

Los Sanchos y Quijotes son dos modelos de personalidad perennes en nuestro carácter nacional.

Los Quijotes sueñan, se dejan arrebatar por grandes ideales, uniéndose apasionados en empresas mesiánicas. Escapan del mundo real, con todas sus imperfecciones, y se lanzan a corregir sus entuertos, a inmolarse en la lucha por la conquista de sus ideales, despreciando el presente tangible para alcanzar su Paraíso. Creen en una Edad de Oro de la Humanidad, y aspiran a corregir aquello que entorpece su reino. Viven ajenos al tiempo, sus fantasías son lo único importante. Quieren cambiar todo, sin reparar sobre sus consecuencias, ni considerar la auténtica naturaleza humana. Están sujetos a la aventura sumergida en el universo de sus ensoñaciones: Ideologías, mitos nacionales, sacudidas emocionales, responsables de las grandes gestas y desastres de nuestra Historia.

Los Sanchopanzas son en cambio pacientes y conformistas. Tienen sus aspiraciones, pero aceptan la realidad como es, no piensan en cambio alguno. Se apegan a la costumbre, y todo aquello novedoso es mirado con recelo. Piensan en su terruño, no osando alzar la vista más allá de su comunidad. Se siente seguros en entornos cada vez más pequeños. Prefieren la región antes que la Nación, la provincia o comarca es preferida más que la anterior. Las cosas son porque sí, viven bajo estigmas y tópicos, en miedos y pesimismo.

Ambos personajes se influyen, perdiendo los Sanchos sus miedos, queriendo cambiar, aunque siempre necesitarán a un líder quijotesco. Los Quijotes son influidos por los Sanchos, comprenden su realidad, optando por la desazón, el cinismo o la moderación de sus sueños.